Los graneros del mundo, Argentina y Ucrania, experimentan los efectos devastadores de eventos meterológicos extremos en el caso del primero y de la violencia militar en el otro. Las presiones sobre el sector agropecuario están marcadas por el estrés hídrico y por las interrupciones en las cadenas de suministros. El gobierno argentino intenta mitigar los impactos en su agricultura y en sus ingresos nacionales.
Con información de DW Español