La incursión de Rusia en Ucrania ha cumplido dos años y aún no muestra señales de una resolución inmediata, a pesar de la persistente presión económica y diplomática ejercida por Occidente durante este período. Rusia ha desafiado las sanciones impuestas en los tribunales, argumentando su improcedencia, mientras que la Unión Europea y Estados Unidos continúan ejerciendo presión sobre sectores estratégicos como la siderurgia, el petróleo y las finanzas.
En 2022, el Producto Interno Bruto (PIB) de Rusia se contrajo un 2.1%, según los últimos datos del Banco Mundial (BM), aunque aún se esperan los efectos completos de las sanciones en la economía rusa.
La Kyiv School of Economics (KSE Institute) ha establecido un sitio llamado «Leave Rusia» para rastrear las empresas que han optado por abandonar el país gobernado por Vladimir Putin.
Según el KSE Institute, en Rusia operan más de 3,764 empresas extranjeras, de las cuales 1,204 han suspendido temporalmente sus operaciones en el país, mientras que otras 373 han decidido retirarse de manera permanente.
Entre las grandes empresas que han optado por detener sus operaciones, pero no abandonar el país, destacan las automotrices BMW y Mitsubishi. Además, los sectores tecnológico y financiero se han visto afectados con suspensiones de Microsoft, SAP, Qualcomm, Sony, Meta, HP, Dell, Cisco, PayPal, Mastercard, HSBC y Visa.
De las 373 empresas que han decidido abandonar Rusia, destacan British American Tobacco, Henkel, Glencore, Shell Renault, Ikea, VW, McDonald’s, Daimler, Volvo, Nissan, Siemens, Alphabet y Mercedes Benz.
¿Quiénes optan por permanecer en el país?
Salir de un mercado también conlleva costos, y estas empresas se resisten a abandonar Rusia a pesar de las consecuencias que esto pueda acarrear. Entre ellas se encuentran Philip Morris, Japan Tobacco International, Pepsi, Nestlé, Mars, P&G, Mondeléz, Unilever, L’Oréal y Xiaomi, según el KSE Institute.
El instituto señala que estas empresas deberían reconsiderar su permanencia en Rusia debido a la política militarista y anexionista que el país ha adoptado contra sus vecinos durante varios años.
Mientras tanto, el presidente Vladimir Putin ha instado al Servicio Federal de Seguridad (FSB) a ayudar a las empresas rusas a evadir las sanciones occidentales y ampliar su influencia en nuevos mercados en todo el mundo. Putin sostiene que la economía de guerra rusa ha prosperado a pesar de las sanciones, con un aumento en la fabricación de proyectiles de artillería superando a la producción occidental y un crecimiento económico del 3.6% el año pasado.
Con información de Expansión | Nota original