La contracción mensual de 0.7% en la actividad económica de México al inicio de 2024, como señala el Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) del Inegi, sugiere un desafío significativo para el país en su camino hacia la recuperación económica. Este descenso marca el cuarto mes consecutivo de contracciones, evidenciando un enfriamiento económico que podría complicar las expectativas de crecimiento para el resto del año.
La caída en las actividades secundarias y terciarias, con contracciones de 2.2% y 1.0% respectivamente, resalta las dificultades que enfrentan tanto el sector industrial como el de servicios. Este retroceso en sectores clave de la economía refleja los desafíos internos y externos, incluyendo posiblemente la disminución de la demanda global, las incertidumbres políticas y económicas, y los posibles efectos residuales de la pandemia del COVID-19.
A pesar de la contracción mensual, el crecimiento anual estimado de 1.3% al inicio de 2024 sugiere que, aunque la economía enfrenta dificultades a corto plazo, aún hay un terreno positivo en comparación con el año anterior. Sin embargo, la proyección de un crecimiento económico reducido para 2024, estimado en torno al 2% por varias instituciones y entre 2.5% y 3.5% por el gobierno, indica que México debe navegar cuidadosamente para fortalecer su economía.
Frente a este panorama, es crucial que tanto el sector público como el privado en México adopten estrategias para fomentar la inversión, la productividad y la competitividad. La implementación de políticas que promuevan la innovación, la diversificación económica y el desarrollo sostenible será esencial para superar los retos actuales y aprovechar las oportunidades de crecimiento a mediano y largo plazo.
Además, es importante que México continúe fortaleciendo sus relaciones comerciales y aproveche los acuerdos existentes para impulsar las exportaciones y atraer inversión extranjera directa. La estabilidad macroeconómica, un entorno de negocios favorable y la certidumbre jurídica serán clave para recuperar la confianza de los inversionistas y apoyar la recuperación económica en un entorno global cada vez más competitivo y complejo.
Con información de El Economista | Nota original
