La violencia y la inseguridad están teniendo un papel destacado en el récord de remesas hacia América Latina, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). Esta situación, que afecta en especial a Centroamérica y México, ha impulsado un incremento en la migración, lo que a su vez ha elevado las remesas enviadas por los migrantes.
El FMI sostiene que el flujo constante de remesas no es señal de un mayor crecimiento económico en la región. En cambio, las remesas están siendo utilizadas para satisfacer necesidades de consumo y, en menor medida, para importar bienes.
La violencia y la baja gobernabilidad se han convertido en los factores predominantes que motivan la migración y, por ende, el envío de remesas. Este vínculo negativo refleja que la inseguridad limita el desarrollo económico en muchos países.
En el informe, el FMI señala que una mejor gobernanza podría ayudar a atraer más inversión extranjera, que es crucial para un crecimiento sostenible. En países donde la seguridad es una prioridad, la inversión tiende a ser más estable y de mayor impacto.
Así, el FMI recomienda a los gobiernos latinoamericanos enfocarse en mejorar la seguridad y la gobernanza para reducir la dependencia de remesas y fomentar un crecimiento económico autónomo y sostenido.