Banco Santander anunció la reserva de 375 millones de dólares para afrontar posibles reclamaciones en su negocio de financiamiento automotriz en el Reino Unido. Esta medida se tomó luego de una sentencia judicial que determinó que los concesionarios deben informar a los consumidores sobre las comisiones recibidas por los prestamistas, lo que podría derivar en demandas adicionales.
La sentencia, emitida por el Tribunal de Apelación británico, señala que la falta de divulgación constituye una relación injusta en algunas transacciones de financiamiento. Aunque Santander ha expresado su desacuerdo con el fallo, la decisión establece un precedente que podría complicar el panorama regulatorio para la entidad en el futuro.
El banco afirmó que está analizando las implicaciones de la resolución, pero su director financiero aseguró que el impacto financiero no será significativo a nivel global. Sin embargo, expertos del sector señalan que este tipo de litigios puede afectar la confianza de los inversionistas en mercados clave.
Este caso se suma a los desafíos regulatorios que enfrentan los bancos en Europa, donde las normativas buscan garantizar mayor protección al consumidor. Santander indicó que revisará sus políticas internas para evitar situaciones similares y cumplir con los estándares más estrictos.
A pesar de este contratiempo, la entidad financiera reafirmó que sus objetivos anuales se mantendrán, minimizando la repercusión de este episodio en sus resultados generales.