La desaceleración del crédito de la banca comercial al sector privado en México, después de un período de crecimiento notable en la cartera de consumo, señala una tendencia preocupante para la economía. El análisis de BBVA Research sugiere que esta desaceleración se debe a una combinación de factores, incluyendo una disminución en la generación de empleos formales, un crecimiento más lento de los salarios, una actividad económica menos vigorosa, especialmente en lo que respecta a la inversión privada, y la persistencia de altas tasas de interés.
Particularmente significativa es la desaceleración observada en el crédito al consumo, que había sido un motor de crecimiento en el sector bancario. El menor dinamismo en segmentos como las tarjetas de crédito y los créditos de nómina refleja directamente las presiones económicas que enfrentan los hogares mexicanos. Esta situación se agrava aún más por la desaceleración en la generación de empleos formales y el crecimiento salarial más lento, factores que están intrínsecamente vinculados a la capacidad de los consumidores para incurrir en gastos y solicitar créditos.
La cartera de créditos destinados a la adquisición de bienes de consumo duradero, principalmente el automotriz, también muestra signos de desaceleración, aunque de forma más leve. Este sector había experimentado un retraso en la recuperación post-pandemia, lo que sugiere que el reciente dinamismo podría estar más relacionado con un proceso de recuperación tardía que con una tendencia de crecimiento sostenido.
Además, el crédito para la vivienda y el financiamiento empresarial muestran una tendencia similar de desaceleración. Esto es indicativo de las preocupaciones más amplias sobre la salud de la economía mexicana, ya que tanto la inversión en vivienda como en empresas son indicadores clave del estado económico general.
La situación actual demanda una atención cuidadosa por parte de los formuladores de políticas y las instituciones financieras. Medidas que promuevan la creación de empleo, mejoren los salarios y fomenten la inversión privada podrían ser esenciales para revertir esta tendencia de desaceleración. Además, la posibilidad de ajustar las tasas de interés para aliviar el costo del financiamiento podría ser crucial para estimular tanto el consumo como la inversión.
Con información de El Economista | Nota original