El Gobierno argentino ha decidido no aplicar un nuevo recargo impositivo al consumo en dólares con tarjeta de crédito, permitiendo que el costo del «dólar tarjeta» caiga de los actuales $1.630 a $1.300 para fin de año. Esta medida se enmarca en un contexto de caída en los dólares paralelos, como el dólar MEP, que recientemente llegó a los $1.100. Según el Ministerio de Economía, este ajuste hace innecesario sostener la cotización del dólar tarjeta en niveles más altos, lo que podría estimular el turismo y el consumo en el exterior.
Durante las últimas semanas, el equipo económico consideró aumentar las cargas fiscales para evitar un mayor gasto en dólares en un contexto de reservas debilitadas. Sin embargo, ante la baja de los dólares financieros y la expectativa de una mayor estabilidad cambiaria, se decidió no sustituir el impuesto PAIS con otro gravamen.
El ministro de Economía, Luis Caputo, celebró la baja del dólar MEP, el cual se considera una referencia para la unificación cambiaria en el primer trimestre de 2025. Sin embargo, algunos analistas advierten que la eliminación del impuesto PAIS podría aumentar el déficit de la balanza turística, que en septiembre alcanzó los USD 593 millones. Según la consultora 1816, los consumos en dólares en el exterior se han incrementado y, en octubre, llegaron a unos USD 800 millones mensuales.
Este cambio en la política impositiva refleja la intención del Gobierno de facilitar el gasto en dólares y estabilizar el mercado cambiario, en línea con los planes del presidente Javier Milei de eliminar el cepo cambiario y unificar el tipo de cambio en 2025.