En un caso que arroja luz sobre las complejidades de la cadena de suministro en la industria de la moda, un tribunal de Milán ha impuesto la administración judicial a Giorgio Armani Operations por un año. Esta decisión se tomó tras descubrir que la empresa, parte del reconocido Grupo Armani, había subcontratado de manera indirecta a compañías chinas para la producción de varios artículos de cuero, las cuales, a su vez, explotaban laboralmente a sus trabajadores.
Estas compañías subcontratadas operaban en las afueras de Milán, y los trabajadores eran remunerados con salarios extremadamente bajos por jornadas laborales extensas, a menudo sin días de descanso. Los productos finales se vendían a precios significativamente altos en comparación con los costos de producción, revelando una gran disparidad en la cadena de valor.
Armani Group ha respondido a esta situación asegurando que la empresa cuenta con medidas de control para evitar abusos en su cadena de suministro y que colaborarán con las autoridades para esclarecer los hechos.
Este incidente no solo afecta a Armani, sino que se suma a una serie de investigaciones en Italia que examinan cómo los grandes nombres de la moda subcontratan su producción a empresas que no cumplen con las normativas laborales. La moda italiana, conocida por su producción de lujo, se enfrenta a desafíos significativos en garantizar prácticas éticas a lo largo de toda su cadena de suministro.
Con información de El Economista | Nota original