En el contexto de una reestructuración significativa en la gestión de 12 aeropuertos previamente operados por Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), el gobierno mexicano se embarcó en un proceso de transición de la administración de estas terminales aéreas a la Secretaría de Marina (Semar) y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Este movimiento estratégico, encaminado a optimizar la operatividad y administración de dichos aeropuertos, implicó la búsqueda de asesoría especializada para facilitar una transferencia eficiente y sin contratiempos.
Dicha búsqueda culminó en la contratación de Héctor Orozco Fernández, un experto con un historial notable en la administración y enajenación de bienes públicos, quien previamente dirigió el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE) en el sexenio anterior. Orozco Fernández fue seleccionado para liderar este proceso crítico después de una meticulosa investigación de mercado que evaluó las ofertas de cinco expertos calificados, siendo su propuesta la más atractiva tanto en términos económicos como de experiencia, con una oferta de 2.9 millones de pesos.
El papel de Orozco Fernández no fue menor, dada su vasta experiencia en la liquidación y desincorporación de entidades públicas, así como en procesos de transición de más de 120 empresas en los ámbitos público y privado. Esta experiencia le proporcionó una base sólida para asumir la tarea de asesoría integral en la transferencia de los aeropuertos de ASA a la Sedena y la Semar. Entre sus responsabilidades, se incluyó el acompañamiento en la elaboración y revisión de los documentos legales necesarios, así como en la planificación y seguimiento de las etapas clave del proceso de transferencia.
La decisión de adjudicarle directamente el contrato se basó en un análisis cuidadoso de las propuestas recibidas, donde se valoró no solo el aspecto económico sino también la profundidad de la experiencia relevante que Orozco Fernández podría aportar al proyecto. Este enfoque aseguró que la transición de los aeropuertos se realizara de manera metódica y alineada con los objetivos estratégicos del gobierno, enfocándose en la optimización de recursos y la mejora de la infraestructura aeroportuaria nacional.
Los aeropuertos en cuestión abarcan una gama de ubicaciones estratégicas a lo largo de México y han sido designados para la administración de dos de las principales entidades de defensa del país, en un movimiento que refleja la prioridad del gobierno por reforzar la seguridad y eficiencia en el sector aeroportuario. La transferencia de estos aeropuertos no solo representa un cambio administrativo significativo sino también una oportunidad para mejorar las operaciones y el servicio a los usuarios, manteniendo al mismo tiempo la estabilidad financiera de ASA y asegurando que su principal fuente de ingresos, la venta de turbosina, no se vea afectada negativamente.
Este proceso de transición, facilitado por la asesoría experta de Orozco Fernández, se ha llevado a cabo con una visión de largo plazo, buscando fortalecer el marco de la aviación civil en México y potenciar el desarrollo económico y social asociado a la operación eficiente de sus aeropuertos.
Con información de El Economista | Nota original