SEV, la automotriz mexicana, ha revelado planes de inversión por 6,800 millones de pesos para desarrollar un complejo automotriz en Durango, con un enfoque principal en la producción de vehículos eléctricos y, a largo plazo, la fabricación de baterías.
El proyecto se llevará a cabo en 13 hectáreas y constará de tres fases. La primera fase, que comenzó la semana pasada con la colocación de la primera piedra, implica la construcción de una planta ensambladora para kits de vehículos eléctricos provenientes de China. Esta instalación se espera que esté operativa para la primera mitad de 2025, con una capacidad inicial de 20,000 unidades anuales y la posibilidad de aumentar gradualmente.
Juan Manuel Cerdeira, director de SEV, destaca que la atención se centrará en ensamblar el E-WAN Cross, un vehículo eléctrico de la compañía china Dayun. La intención de SEV es democratizar el uso de vehículos eléctricos en México, ofreciendo el E-WAN Cross a partir de 379,900 pesos, convirtiéndolo en el vehículo eléctrico más asequible en el país. Se espera producir hasta 40,000 unidades anuales a partir del tercer año, sujeto a la demanda del mercado.
La segunda fase del proyecto incluirá la instalación de una armadora de paneles solares, ampliando las capacidades de Solarever, la empresa matriz de SEV. La tercera fase busca incorporar una fábrica de baterías para vehículos eléctricos, cumpliendo con los requisitos del T-MEC.
Se espera que la armadora de vehículos esté operativa en la primera mitad de 2025, mientras que la fábrica de baterías se completaría hacia finales del mismo año.
Cerdeira destaca la importancia de producir baterías localmente para exportar vehículos sin aranceles, especialmente al mercado estadounidense.
La estrategia de SEV implica ofrecer vehículos de varios fabricantes, incluyendo Dayun, Donfeng y FAW, sin anticipar desafíos en las líneas de producción debido a la diversidad de modelos.
Este proyecto representa un impulso para el sector automotriz en Durango, históricamente con menos presencia que otros estados del norte de México. SEV busca involucrar a proveedores locales, centrándose en componentes como cristales, filtros y tornillos.
Optando por el puerto de Mazatlán, a 240 kilómetros de Durango, SEV busca optimizar la logística frente a la saturación actual de puertos como Lázaro Cárdenas o Manzanillo.
«México siempre ha sido un gran armador de autos y ahora, con la ventaja de la cercanía de nuestros amigos de China, tenemos la oportunidad de sumarle a nuestra mano de obra un ímpetu de tecnología que quizás antes no estaba tan presente», concluye Cerdeira.
Con información de Expansión | Nota original