El Banco de España rebajó el martes las previsiones de crecimiento económico del país para 2024 y 2025 debido al impacto del encarecimiento de la energía, motivo por el que elevó también sus estimaciones de inflación para este año y el próximo.
El aumento de las previsiones de inflación pone de manifiesto las dificultades con las que se está encontrando la zona euro para combatir la subida de los precios al consumo, después de que el Banco Central Europeo elevara la semana pasada su tipo de interés oficial a un máximo histórico del 4% y apuntara a la posibilidad de realizar una pausa.
El Banco de España prevé que los costes energéticos eleven la inflación al consumo armonizada con la UE hasta el 3.6% en 2023, frente al 3.2% estimado anteriormente, mientras que en 2024 espera que los precios suban un 4.3%, muy por encima del 3.6% previsto anteriormente. El ritmo de subida de los precios en España sigue siendo uno de los más bajos de Europa.
La inflación subyacente, que excluye la volatilidad de los precios de los alimentos y la energía, debería ralentizarse a partir de finales de 2023, ya que el aumento de los costes de los préstamos ejercerá presión sobre la demanda, según el banco central, que sitúa la inflación subyacente en el 4.1% este año y el 2.3% en 2024.
En cuanto al tercer trimestre, pronosticó una ligera ralentización, situando el crecimiento en el 0.3% en comparación con los tres meses anteriores, en los que la economía creció un 0.4%, debido al descenso previsto de la facturación de las empresas y a la desaceleración de la creación de empleo en algunos segmentos del mercado laboral, como el de la construcción.
Para 2024, rebajó su previsión de crecimiento del 2.2% al 1.8%, debido a la subida de los precios de la energía y al deterioro del entorno económico exterior. También rebajó la previsión para 2025 del 2.1% al 2 por ciento.
Con información de: El Economista || Nota original aquí.