El Banco de Pagos Internacionales (BPI) ha expresado un «optimismo prudente» sobre la posibilidad de que los bancos centrales estén cerca de controlar la inflación mundial, un desafío que ha dominado la agenda económica global recientemente. Claudio Borio, jefe del Departamento Monetario y Económico del BPI, destacó la eficacia de las medidas tomadas por los bancos centrales para prevenir una consolidación de la inflación y señaló la notable resiliencia de la actividad económica y la estabilidad del sistema financiero frente a estas intervenciones.
Esta perspectiva positiva llega después de un período de acciones decisivas por parte de los bancos centrales, incluidos aumentos significativos en las tasas de interés para combatir la inflación, que habían generado preocupaciones sobre su impacto en el crecimiento económico y la estabilidad financiera. Sin embargo, la convergencia reciente entre las expectativas del mercado y las señales de los principales bancos centrales sugiere una mayor confianza en las políticas monetarias adoptadas y una mejor apreciación de los riesgos involucrados.
El informe del BPI también aborda la naturaleza persistente de la inflación y examina las implicaciones de los cambios estructurales en las economías, como la desglobalización y el envejecimiento demográfico, sobre las tasas de interés neutrales que equilibran el crecimiento sin fomentar la inflación. La posibilidad de que las tasas neutrales hayan aumentado, junto con la creciente importancia de los servicios en las economías, plantea desafíos adicionales para calibrar las políticas monetarias adecuadas.
Además, el BPI emitió una nota de cautela respecto al rápido aumento en el valor de las grandes empresas tecnológicas, particularmente aquellas impulsadas por el auge de la inteligencia artificial, lo que podría representar nuevos riesgos para la estabilidad financiera.
En conjunto, el informe del BPI refleja un panorama complejo en el que los bancos centrales han logrado avances significativos en la lucha contra la inflación, pero enfrentan desafíos continuos en el ajuste de la política monetaria para mantener el equilibrio en un entorno económico global en evolución. La capacidad de los bancos centrales para navegar estos desafíos será crucial para asegurar la estabilidad económica y financiera a largo plazo.
Con información de El Economista | Nota original