En un contexto de desafíos económicos globales y locales, la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) ha tomado una decisión cautelosa al mantener su tasa de interés interbancaria en un nivel de 11.25%, el máximo histórico, durante el primer anuncio monetario del año 2024. Esta medida, anticipada por el mercado, refleja un enfoque prudente frente a las presiones inflacionarias que aún persisten en la economía mexicana.
El ajuste «ligeramente al alza» en los pronósticos de inflación de corto plazo por parte de Banxico, específicamente para los primeros tres trimestres del año, subraya la influencia de choques de oferta en componentes no subyacentes de la inflación. A pesar de estos ajustes, la expectativa de convergencia de la inflación hacia la meta del 3% en el segundo trimestre de 2025 se mantiene intacta, evidenciando un optimismo cauteloso por parte de la autoridad monetaria.
La guía prospectiva del Banxico sugiere una apertura a ajustar la tasa de referencia en futuras reuniones, dependiendo del progreso en el panorama inflacionario y los desafíos presentes. Este mensaje ha sido interpretado por analistas como una señal hacia la posibilidad de iniciar un ciclo de recortes en la tasa, potencialmente a partir de marzo, reflejando un balance entre la necesidad de mantener una postura monetaria restrictiva y el reconocimiento de una desinflación gradual.
La desaceleración de las expectativas de inflación, junto con el reconocimiento de los retos que aún enfrenta la economía mexicana, tales como la persistencia de choques de oferta, pone de manifiesto la complejidad del entorno económico. Además, la proyección de una inflación que disminuye gradualmente hacia el objetivo del 3% refleja la confianza en las medidas adoptadas, así como en la fortaleza subyacente de la economía mexicana.
La decisión unánime de mantener la tasa en 11.25% subraya la importancia de una postura monetaria que se alinee con la trayectoria requerida para alcanzar la estabilidad de precios. Las minutas de la reunión, programadas para ser divulgadas el 22 de febrero, proporcionarán una visión más detallada de las deliberaciones de la Junta de Gobierno, ofreciendo claves adicionales sobre el futuro de la política monetaria en México.
En este contexto, el próximo anuncio monetario, previsto para el 21 de marzo, será crucial. Ocurrirá en un momento significativo, justo un día después de la decisión del Comité Federal del Mercado Abierto de la Reserva Federal de Estados Unidos, lo que podría tener implicaciones adicionales para la política monetaria de México.
La posibilidad de un recorte en la tasa de interés abre un nuevo capítulo en la estrategia monetaria de Banxico, enfocándose en equilibrar la necesidad de contener las presiones inflacionarias con el soporte al crecimiento económico y la estabilidad financiera. La evolución de la inflación, el comportamiento de la economía global, y las decisiones de política monetaria en otros países serán factores clave en las futuras decisiones del banco central de México.
Con información de El Economista | Nota original