La ciudad de Birmingham, la segunda de Reino Unido, se declaró en quiebra y advirtió que otros municipios pueden acabar igual, culpando al Estado de un infrafinanciamiento y a la situación económica.
El consejo municipal que gestiona los servicios públicos de más de un millón de personas se amparó en la sección 114.
Esto significa que sólo se mantienen los gastos esenciales y equivale a una situación de quiebra para una empresa. El ayuntamiento ya no es capaz de equilibrar su presupuesto sin ayuda del gobierno.
John Cotton, alcalde de Birmingham, alegó la existencia de varios gastos excepcionales, como una condena por infracción de leyes laborales, una disminución del financiamiento otorgada por los sucesivos gobiernos conservadores desde hace 13 años y la crisis del costo de la vida.
Con unos gastos sociales cada vez más altos y el aumento de la inflación, ayuntamientos como el de Birmingham se ven confrontados a “desafíos financieros sin precedentes”, aseguró.
Citó una estimación de la federación de colectividades locales Sigoma, que calcula que 26 de esos municipios podrían declararse en quiebra en los próximos dos años.
“Claramente le corresponde a los consejos electos localmente gestionar su presupuesto”, reaccionó un portavoz del primer Ministro.
Con la información de: El Economista. || Nota original aquí.