Bodegas Cetto, un ícono del vino mexicano, está a punto de celebrar un siglo de trayectoria como la bodega familiar más longeva del país. Fundada en 1928 en el Valle de Guadalupe, Baja California, la empresa ha sido fundamental para posicionar a la región como una referencia vinícola a nivel internacional. Desde sus inicios, esta bodega ha combinado tradición y vanguardia, adoptando técnicas europeas y adaptándolas al clima y suelo mexicano.
A lo largo de los años, Bodegas Cetto ha destacado por su capacidad de innovación, introduciendo variedades de uva como Nebbiolo y Cabernet Sauvignon, que han conquistado el paladar de consumidores y críticos alrededor del mundo. La apuesta por vinos de calidad ha sido respaldada por numerosos premios internacionales, que no solo han elevado la reputación de la marca, sino también del vino mexicano en general.
El Valle de Guadalupe, donde se encuentra la bodega, es actualmente el epicentro de la vitivinicultura nacional, gracias a pioneros como Cetto. Este paisaje único se ha convertido en un atractivo turístico que combina enología, gastronomía y cultura, atrayendo a miles de visitantes cada año.
Con el centenario a la vista, Bodegas Cetto planea celebraciones que incluirán eventos para homenajear su rica historia y su impacto en la industria vitivinícola mexicana. Además, la empresa mira hacia el futuro con proyectos de sostenibilidad y diversificación, asegurando que su legado perdure por muchas generaciones más.
Este hito no solo marca un logro empresarial, sino también un momento clave para reflexionar sobre el crecimiento de la cultura del vino en México, en gran parte impulsada por la visión y el esfuerzo de familias como la de Bodegas Cetto.
