La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha lanzado una seria advertencia sobre el futuro económico de la región. Según José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la CEPAL, América Latina acaba de atravesar su peor etapa de crecimiento desde la llamada «década perdida» de los años 80, con una tasa promedio del 0,9% entre 2015 y 2024. Esta cifra, que es la mitad del crecimiento registrado durante la década de los 80, plantea serios desafíos para la generación de empleos de calidad, la reducción de la pobreza y la disminución de la desigualdad.
El último informe de la CEPAL, presentado el 13 de agosto, ajustó a la baja las previsiones de crecimiento regional para este año, situándolas en un 1,8%, tres décimas menos que las estimaciones de mayo. La revisión a la baja se debe a varios factores, entre ellos la incertidumbre global, el enfriamiento de la economía estadounidense, la desaceleración en China, y la caída en los precios de algunas materias primas. Además, la región enfrenta un espacio fiscal reducido, altas tasas de interés y condiciones financieras internacionales restrictivas, lo que complica aún más las perspectivas económicas.
El bajo crecimiento económico ha tenido un impacto directo en el estancamiento del PIB per cápita y en la tasa de crecimiento del empleo en la última década. De acuerdo con el «Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2024: trampa de bajo crecimiento, cambio climático y dinámica del empleo», entre 2014 y 2023, la tasa promedio de crecimiento del empleo en la región fue de solo 1,3%, muy por debajo del 3,9% registrado en la década de 1970. La productividad laboral también ha caído, lo que agrava la situación. Salazar-Xirinachs subrayó la necesidad de fortalecer las políticas de desarrollo productivo y complementarlas con políticas macroeconómicas, laborales y de adaptación al cambio climático para revertir esta tendencia.
La CEPAL también destacó el riesgo que el cambio climático representa para la economía regional. Si América Latina no realiza las inversiones necesarias en adaptación y mitigación, se podrían perder hasta 43 millones de empleos de aquí a 2050, lo que equivale al 10% de la fuerza laboral. Este impacto sería especialmente devastador para una región que ya enfrenta graves desafíos económicos. Mientras algunos países como República Dominicana y Venezuela lideran el crecimiento económico en la región, otros como Colombia y Argentina enfrentan perspectivas más sombrías, con Argentina prevista a decrecer un 3,6% este año. La CEPAL insta a la región a actuar rápidamente para evitar una tercera «década perdida» y asegurar un futuro más próspero y sostenible.