El descontento gira en torno a las recientes decisiones del gobierno de intensificar los operativos migratorios, lo que ha provocado temor e incertidumbre en miles de familias, muchas de las cuales llevan años residiendo legalmente en el país o tienen vínculos profundos con sus comunidades locales.
Organizadores de la protesta han señalado que esta movilización busca no solo visibilizar el rechazo a las deportaciones, sino también enviar un mensaje claro a Washington: la sociedad civil no tolerará medidas que atenten contra la dignidad y el tejido social de Estados Unidos. “Esta es solo la primera respuesta”, afirmaron voceros del movimiento.
Chicago, una ciudad con una gran comunidad inmigrante, ha sido históricamente un símbolo de resistencia y diversidad. Por eso no es casual que esta primera protesta comience allí, como una forma de mostrar solidaridad y cohesión frente a las políticas que amenazan con fragmentar a las familias y sembrar miedo entre los trabajadores indocumentados.
Las manifestaciones, que se extenderán a otras ciudades en los próximos días, también buscan presionar a los gobiernos locales para que refuercen su postura como «ciudades santuario» y ofrezcan mayor protección a los migrantes. Asimismo, los organizadores instan a la población a mantenerse informada y movilizada, pues consideran que el camino hacia un sistema migratorio más justo aún está por construirse.
Este movimiento ciudadano apenas comienza, y lo que ocurra mañana en Chicago podría marcar el tono de una resistencia nacional que no está dispuesta a permanecer en silencio.
Este artículo ha sido elaborado a partir de información publicada en Entrepeneur Para leer la nota original, visita: Protestas contra la política de deportaciones de Trump comienzan- Grupo Milenio
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