La cifra total de billetes y monedas en circulación, así como los depósitos bancarios en cuentas corrientes, alcanzó un nivel de 3 billones 28,645 millones de pesos para el corte del 1 de marzo de 2024, según informó el Banco de México.
Este saldo de la base monetaria en circulación representa un aumento del 14.7% en comparación con el mismo período del año anterior, marcando así el registro más alto observado en este agregado monetario. Además, supera en más del triple la tasa de inflación anual registrada durante febrero, que fue del 4.42%. También es un 76% más alto que el circulante disponible en diciembre de 2018, cuando ascendió a un billón 674,211 millones de pesos.
Según Luis Pérez Lezama, director de Investigación Económica en el think tank Saver, durante los seis años de la administración de Enrique Peña Nieto, la base monetaria aumentó de 750,000 millones de pesos a un millón 483,140 millones. Sin embargo, con el inicio de la administración de Andrés Manuel López Obrador, la base monetaria ascendió a 1.5 billones de pesos y se espera que termine por encima de los tres billones. Esto representa una velocidad cuatro veces mayor que la observada en el sexenio anterior y no muestra signos de disminuir.
En contraste con el sexenio anterior, en este período se ha incrementado el costo de mantener efectivo y otros instrumentos líquidos, particularmente cuando la tasa alcanzó su nivel máximo del 11.25%.
Analistas de Citibanamex explicaron recientemente que este agregado monetario aumentará a medida que se acerquen las elecciones, junto con un mayor gasto público.
Respecto a esto, el experto del think tank señaló que «seguiremos viendo una gran inyección económica. Es peligroso porque sigue siendo el mismo modelo de los años 70, donde los primeros meses de crecimiento conducen a la bonanza, pero cada sexenio experimentamos crisis. Son modelos de gasto y consumo excesivos».
El último reconocimiento explícito por parte del Banco de México sobre el aumento de la base monetaria fue en mayo de 2022, donde se destacó el impacto de la inflación. Desde entonces, la base monetaria ha seguido creciendo, reflejando diversas razones, como las medidas sanitarias implementadas durante la pandemia, que aumentaron la demanda de efectivo como medio de pago.
Si el Banco de México no aborda las causas actuales del incremento desmedido en la base monetaria ni comunica una estrategia efectiva para controlar la inflación, podría implicar que el incremento en las tasas de interés no ha tenido el impacto deseado.
Con información de Expansión | Nota original