El consumo responsable se ha convertido en una herramienta clave para lograr un equilibrio entre las finanzas personales y la protección del medio ambiente. Así lo plantea la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), al fomentar una forma de consumo más consciente, que modere los excesos y reduzca el desperdicio innecesario de productos.
Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de mantenerse el ritmo de consumo actual, la disponibilidad de materias primas podría verse comprometida hacia el año 2060. Un ejemplo alarmante es la industria del vestido y calzado, que produce cerca de 100 mil millones de prendas al año, lo cual ha incrementado en un 60% el consumo individual en comparación con hace 15 años. Además, estos productos se utilizan menos tiempo, lo que eleva su impacto ambiental.
Esta situación ha llevado a que el sector textil sea responsable de aproximadamente el 60% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Ante este panorama, el consumo responsable se presenta como una alternativa urgente y viable. La Condusef lo define como la capacidad de tomar decisiones de compra que consideren su impacto económico, social y ambiental.
Adoptar esta práctica implica llevar a cabo acciones como reducir el consumo innecesario, apoyar a empresas comprometidas con el medio ambiente y aplicar la regla de las 3Rs: reducir, reutilizar y reciclar. Estas acciones no solo benefician al entorno natural, sino que también fortalecen la salud financiera de los hogares, permitiendo un ahorro significativo a largo plazo.
Entre los principales beneficios del consumo responsable se encuentran la reducción de gastos médicos al optar por productos menos procesados, una mayor capacidad de respuesta ante imprevistos financieros y el fortalecimiento de negocios locales sostenibles. La Condusef también resalta que comprar productos de calidad y duraderos evita gastos constantes por reemplazos.
Para integrar el consumo responsable al día a día, se recomiendan siete hábitos básicos: establecer un presupuesto antes de comprar, comparar productos más allá del precio, elegir empaques reciclables, evitar alimentos que se desperdicien, preferir electrodomésticos eficientes, cuidar el uso del agua y reducir desechos eligiendo presentaciones grandes.
Estos cambios no tienen que adoptarse de golpe. La recomendación es aplicarlos de manera progresiva, generando un impacto positivo tanto en el entorno ecológico como en la economía familiar. El llamado de la Condusef es claro: consumir con responsabilidad es una forma de vivir mejor hoy, sin comprometer el mañana.
Consulta la nota original en: Consumo responsable: hábitos que cuidan el planeta y mejoran tus finanzas- UnoTV
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