No solo México, sino también otras economías de América Latina, como Costa Rica, Chile, Brasil e incluso Argentina en una etapa posterior, podrían beneficiarse de la relocalización de inversiones, conocida como nearshoring, según analistas de la aseguradora de riesgo Coface.
En un entorno global multipolar, interconectado y a veces desorganizado, se abren diversas oportunidades para las economías emergentes, destacó Bruno de Moura, jefe de macroeconomía en la aseguradora de riesgo. Empresas chinas están explorando opciones para expandir sus líneas de producción hacia América y están siendo selectivas en su reingeniería, buscando asociarse con empresas líderes en los mercados que buscan relocalizarse.
Durante la conferencia anual de la aseguradora de riesgos Coface, el Country Risk 2024 (CRC), se mencionó que los países de la región han desarrollado habilidades competitivas distintivas, y las compañías chinas podrían renovar su interés en Brasil, Argentina y Chile para reducir la brecha comercial con Estados Unidos.
La economista para América Latina en Coface, Patricia Krause, anticipó una desaceleración para México después de su sólido desempeño en 2023. Sin embargo, México cuenta con fuerzas compensatorias como el nearshoring, el aumento del gasto público antes de las elecciones y la fortaleza del consumo. México se presenta como el país mejor posicionado geográfica y comercialmente para atraer empresas que buscan relocalizarse, con la estabilidad social como un factor distintivo.
Jean Christophe Caffet, economista jefe de Coface, mencionó que tres razones contribuyeron a la significativa caída de la inflación en Estados Unidos: un impacto menos intenso de los precios de los energéticos, la fortaleza del dólar y aumentos sustanciales de la productividad debido a los ahorros que aún tenían los consumidores estadounidenses.
Coface, líder mundial en seguro de crédito con presencia en 200 países, destaca la importancia estratégica de América Latina, con presencia en seis países de la región: Brasil, México, Chile, Colombia, Perú y Ecuador.
Con información de El Economista | Nota original
