En un esfuerzo conjunto para combatir el fraude y promover la formalidad en el mercado de autos seminuevos, la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA) se ha unido con las compañías de soluciones digitales Go Virtual y Credit Check, así como con Carfax MX, especializada en información de historial vehicular, para lanzar AMDA Retail Digital. Esta innovadora plataforma online tiene como objetivo principal ofrecer un espacio seguro para la compra y venta de autos usados, respondiendo a la tendencia de que el 90% de los consumidores inician su búsqueda de un auto seminuevo en internet.
Guillermo Rosales, presidente de la AMDA, destaca que esta herramienta llega en un momento crucial, ya que en México circulan aproximadamente 34 millones de vehículos de hasta 15 años de antigüedad, con un volumen anual de ventas de entre 5.5 y 6 millones de autos seminuevos, la mayoría de los cuales se comercializan en el sector informal. La plataforma AMDA Retail Digital busca revertir esta situación, ofreciendo una solución tecnológica que facilita las transacciones seguras y transparentes.
José Guzmán Montalvo, de Carfax México, señala que esta colaboración aportará mayor certidumbre a las operaciones de compra-venta de autos usados, gracias a la experiencia y el respaldo en historial vehicular de Carfax. La plataforma permitirá que los inventarios de autos seminuevos de los concesionarios afiliados a la AMDA se publiquen en línea, integrando herramientas que automatizan la conexión con los sistemas de gestión de los negocios y ofreciendo a los clientes la posibilidad de iniciar un proceso de pre-aprobación de crédito de manera completamente digital.
En 2023, el promedio de ventas de vehículos seminuevos por concesionario fue de 15 unidades, con una antigüedad media de cinco años. Este nuevo esfuerzo representa un paso significativo hacia la modernización y la formalización del mercado de autos seminuevos en México, proporcionando una alternativa segura tanto para compradores como para vendedores.
Con información de El Economista | Nota original