La Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2024, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), revela que el uso de efectivo en México está en descenso, mientras que las transferencias electrónicas y los pagos a través de dispositivos móviles están en ascenso. El 76.5% de los mexicanos posee al menos un producto financiero, lo que indica una creciente inclusión financiera en el país.
A pesar de esta tendencia, el 85.2% de la población aún utiliza efectivo para compras menores a 500 pesos, aunque este porcentaje ha disminuido en comparación con años anteriores. Las transferencias electrónicas han experimentado un aumento del 4.8%, y el uso de aplicaciones móviles para operaciones bancarias ha crecido del 54.3% al 69.1% entre 2021 y 2024.
Sin embargo, la informalidad en el ahorro persiste, ya que el 36.6% de las personas ahorra de manera informal, mientras que solo el 8.2% lo hace a través de cuentas formales. Además, existe una brecha de género en el acceso a servicios financieros, lo que indica la necesidad de políticas que promuevan la equidad en este ámbito.
La digitalización de pagos ha avanzado, con un mayor número de personas utilizando tarjetas y transferencias electrónicas en establecimientos comerciales. No obstante, el ahorro para el retiro sigue siendo un desafío, ya que solo el 42.2% de la población cuenta con una cuenta de ahorro para el retiro, y muchos esperan depender de apoyos gubernamentales en su vejez.
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