Un análisis reciente basado en herramientas de aprendizaje automático reveló al menos siete patrones distintos en el comportamiento del electorado durante las más recientes elecciones judiciales. Este hallazgo expone importantes diferencias dentro del partido Morena, ya que únicamente un 30 % de las secciones electorales votaron en línea con la dirección oficial del partido.
En contraste, un 31 % de las secciones mostró una tendencia hacia lo que se ha denominado un voto “orgánico”, es decir, impulsado por dinámicas sociales y digitales, fuera del control directo de las estructuras tradicionales del partido. Esta categoría refleja a votantes urbanos con mayor autonomía, en especial en redes sociales, que reaccionan más a causas o mensajes específicos que a la disciplina partidaria.
Los resultados apuntan a la existencia de una creciente oposición interna, formada por ciudadanos que alguna vez simpatizaron con Morena, pero que ahora se distancian debido a la percepción de pragmatismo excesivo o pérdida de principios por parte de la dirigencia. Esta “oposición orgánica urbana” representa un nuevo desafío electoral para el partido en el poder.
La diversidad de patrones también sugiere la existencia de varias corrientes dentro del mismo partido, lo que complica la narrativa de unidad y control que Morena ha intentado proyectar. La fragmentación podría tener repercusiones importantes en la toma de decisiones legislativas y en los procesos internos de selección de candidatos.
Los analistas consideran que este fenómeno podría intensificarse en futuras elecciones, en especial si Morena no logra reconectar con sectores clave del electorado joven y urbano, quienes valoran cada vez más la autonomía de voto frente al alineamiento partidista.
Este artículo ha sido elaborado a partir de información publicada en El País. Para leer la nota original, visita:
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