Durante el primer trimestre de 2025, la economía de Estados Unidos experimentó una contracción del 0.3% anualizada, en contraste con el crecimiento del 2.4% registrado previamente. Este descenso, reportado por el Departamento de Comercio, reflejó los primeros impactos del plan arancelario impulsado por el presidente Donald Trump. Sin embargo, los efectos podrían haber sido aún más severos de no haber sido por el acopio masivo de bienes que realizaron empresas y consumidores antes de que entraran en vigor las nuevas tarifas.
El fenómeno del “stockeo preventivo” fue clave para suavizar la caída. Empresas importadoras se apresuraron a adquirir mercancías del exterior, incrementando las importaciones en un 51%, el mayor salto desde la reapertura económica tras la pandemia. Este movimiento se debió al temor de que los aranceles programados por Trump a partir del 2 de abril —fecha que él denominó el “Día de la Liberación”— fueran demasiado elevados.
Aunque las importaciones suelen tener un efecto negativo en el cálculo del PIB, el abastecimiento adelantado disparó la inversión empresarial en un 22%. Este aparente impulso económico fue, en realidad, producto del almacenamiento anticipado y no de una expansión productiva sostenida. Así lo advirtió el economista Ryan Young, quien señaló que este tipo de dinamismo es pasajero y puede ser seguido por una desaceleración significativa.
El gasto de los consumidores también mostró un ligero aumento del 1.8%, aunque vinculado igualmente a compras adelantadas por temor al encarecimiento de productos. Por eso, analistas como Gregory Daco, de Ernst & Young, advierten que el impulso observado es artificial y que podría preceder una fuerte caída, especialmente en el segundo trimestre del año, cuando los inventarios y el consumo podrían convertirse en factores negativos.
Algunos economistas, sin embargo, han interpretado los datos con menos pesimismo. Ernie Tedeschi, exasesor económico de la Casa Blanca, opinó que la economía aún conserva fundamentos saludables y que el efecto de los aranceles todavía no se refleja completamente en los datos. Brian Rose, de UBS, incluso consideró que el retroceso es parte de una dinámica temporal que no compromete la solidez del ciclo económico.
Pese a las voces optimistas, el panorama no es alentador. Expertos coinciden en que el segundo trimestre podría arrojar cifras aún más adversas, una vez que se diluya el efecto del acopio. Las políticas comerciales de Trump, que ya han situado a EE.UU. como el país con los aranceles más altos del mundo desarrollado, están generando distorsiones económicas cuya magnitud completa podría manifestarse en los próximos meses.
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