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El segundo acto de la transformación

La historia siempre se repite, primero como tragedia y luego como factura por pagar…

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No cabe duda de que la sabiduría popular tiene un toque infalible para señalar momentos cruciales. Recuerdo aquel refrán que dice: «A todo santo le llega su fiesta», y hoy, sin duda, ha llegado el día para el hijo predilecto de Macuspana. Oficialmente ha dejado de ser el morador de Palacio Nacional para convertirse en el futuro habitante de Palenque. Y a Claudia, por fin, le llegó su momento: el momento en el que se espera que brille, que se diferencie de su antecesor no por cuestiones ideológicas, sino por una responsabilidad profesional y, más importante aún, por amor a México.

Hoy debe entender que tiene que hacer lo mejor para el país, y no lo que desee el tabasqueño, porque desde ahora, su palabra ya no debería estar grabada en piedra; tendría que ser solo un eco del pasado.

Sin embargo, las circunstancias no son tan favorables como se podría esperar para quien ahora encabeza el Poder Ejecutivo. La nueva pseudo emperatriz enfrenta desde el principio un panorama complicado. Durante el sexenio del hijo predilecto de Macuspana, la inversión pública promedió apenas el 5% del PIB, lejos del prometido 7%. Lo más preocupante es que la mayor parte de esos recursos fueron destinados a obras faraónicas sin sentido y utilidad. Claudia, heredas un aeropuerto sin vuelos que nos cuesta mucho, una refinería que no refina y solo contamina, y un tren que condenó a un ecocidio sin precedentes.

La administración pasada invirtió mucho menos que gobiernos anteriores. Según datos del INEGI y la Secretaría de Hacienda, si comparamos con el sexenio de Enrique Peña Nieto, la inversión física del sector público bajo el tabasqueño tuvo una variación negativa de casi el 20%. Los sectores más afectados por esta baja inversión fueron, previsiblemente, educación y comunicaciones. Hoy, el porcentaje de personas con rezago educativo es del 19.4%, lo que representa 1.6 millones de personas más respecto a 2018. En 2022, se registraron 25.1 millones de mexicanos con rezago educativo.

Además, más de 50 millones de mexicanos carecen de acceso a servicios de salud. La carencia en este rubro aumentó del 16.2% en 2018 a un alarmante 39.1% en 2022, lo que impacta directamente en los estándares de desarrollo económico del país. Resulta ingenuo pensar que continuar con el mal llamado “Humanismo mexicano” será la fórmula para solucionar estos problemas, como se mencionó en tu discurso de toma de posesión.

En términos de seguridad, 73.6% de la población considera que vive en un entorno inseguro, una cifra que, aunque ha disminuido 5.8 puntos porcentuales respecto a 2018, sigue siendo un claro foco rojo. Más del 70% de los mexicanos no se siente seguro en su estado, y esta percepción debe ser una prioridad en tu agenda.

Claudia, hoy tienes la oportunidad, el mandato, de cambiar el rumbo de este país. Aunque puedo entender que tu primer discurso oficial haya sido una oda al hijo predilecto de Macuspana, espero que esas palabras hayan sido solo lo políticamente correcto, porque si ese será el tono de los próximos seis años, temo, mi estimado lector, que no hay buenas perspectivas.

Así, así comienza el segundo acto de la transformación de cuarta.