La creciente incertidumbre generada por la guerra comercial liderada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está causando estragos en empresas de distintos sectores a nivel global. Varias compañías han comenzado a subir precios, ajustar sus expectativas y advertir sobre el deterioro económico que provocan las tensiones arancelarias, el caos en las cadenas de suministro y los mensajes contradictorios de la administración estadounidense.
Durante la reciente jornada de reportes financieros, múltiples firmas expusieron cómo las políticas cambiantes de Trump en materia comercial están afectando sus operaciones. Ejecutivos de distintas industrias coincidieron en que la volatilidad política ha generado un entorno de incertidumbre difícil de gestionar, con consecuencias ya visibles en sus resultados trimestrales.
Uno de los sectores más afectados es el de alimentos y productos de consumo. Nestlé, a través de su presidente ejecutivo Laurent Freixe, señaló que ciertas decisiones políticas han dañado gravemente la confianza del consumidor, que ya era frágil. En la misma línea, Unilever —fabricante de Dove— también reportó un descenso en la confianza de sus clientes norteamericanos.
Aunque algunos aranceles han sido pospuestos temporalmente hasta el 8 de julio, siguen vigentes gravámenes importantes como el 10% generalizado, además de impuestos específicos al acero, aluminio, automóviles y productos chinos. Estas medidas han provocado represalias por parte de Pekín, lo que ha aumentado las tensiones comerciales entre ambas potencias.
Frente a esta situación, la Casa Blanca estaría considerando reducir algunos aranceles sobre productos chinos, mientras se desarrollan nuevas rondas de negociación. Sin embargo, las compañías no esperan cambios inmediatos y ya están tomando medidas para mitigar el impacto.
Firmas como Procter & Gamble, PepsiCo y Thermo Fisher Scientific han recortado sus previsiones de ganancias anuales, reconociendo que las condiciones del entorno comercial han empeorado. American Airlines, por su parte, retiró completamente sus previsiones para 2025, siguiendo el ejemplo de otras aerolíneas que también han optado por la cautela.
Incluso gigantes industriales como Hyundai han reaccionado. La automotriz surcoreana ha creado un grupo de trabajo para gestionar su estrategia frente a los aranceles, trasladando parte de la producción de vehículos Tucson de México a Estados Unidos. En un comunicado, la empresa anticipó que las perspectivas de negocio seguirán siendo difíciles debido al aumento de las tensiones comerciales y a la inestabilidad macroeconómica global.
En resumen, las guerras comerciales están afectando más allá de las fronteras estadounidenses. Las consecuencias empiezan a sentirse en las operaciones diarias, en la toma de decisiones estratégicas y en la percepción general del mercado, dejando a las empresas enfrentando un escenario incierto y potencialmente perjudicial para la economía mundial.
Este artículo ha sido elaborado a partir de información publicada en La Jornada. Para leer la nota original, visita: La Jornada – Preocupa a grandes empresas incertidumbre comercial
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