Las expectativas de inflación de los consumidores estadounidenses aumentaron en noviembre, por segundo mes consecutivo, pese a los crecientes indicios de que el avance de los precios se desacelera, lo que puede crear cierta inquietud entre las autoridades monetarias de la Reserva Federal (Fed).
Según la encuesta de la Universidad de Michigan sobre la confianza de los consumidores, los hogares estadounidenses prevén que la inflación se acelerará hasta 4.5% durante el próximo año, por encima de 4.2% de octubre y 3.2% de septiembre, además se trata de la tasa más alta desde abril.
En un horizonte de cinco años, los consumidores ven una inflación promedio de 3.2%, superior a 3.0% de octubre y 2.8% de septiembre, la cifra más alta desde el 2011. Las perspectivas inflacionarias a largo plazo de los hogares no han sido superiores a eso desde el 2008, cuando alcanzaron 3.4% a medida que se desarrollaba la crisis financiera.
La inflación estadounidense se ha desacelerado notablemente desde el 2022, cuando la tasa anual del aumento de los precios registró el nivel más alto desde principios de la década de 1980 con 9.1%, lo que llevó a la Fed a responder con la serie más agresiva de alzas de tasas de interés desde esa época para tratar de reducirla a su objetivo de 2 por ciento.
Según el indicador preferido del banco central, el aumento de los precios se ubica en 3.4%, frente a 7.1% de junio del 2022. Sin embargo, el progreso en este año ha sido inconsistente y los responsables de la Fed continúan cautelosos ante la posibilidad de que el proceso sufra un revés.
Con información de: El Economista. || Nota original aquí.
