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Francisco enfrenta el desafío de sanear las finanzas del Vaticano

El papa Francisco continúa con su misión de ordenar las cuentas del Vaticano, un objetivo que ha resultado esquivo para pontífices anteriores debido a déficits estructurales y escándalos históricos.

Desde el inicio de su pontificado, el papa Francisco ha colocado entre sus prioridades la limpieza y transparencia financiera de la Santa Sede. A diferencia de otros líderes de la Iglesia que también intentaron ordenar las finanzas vaticanas sin éxito, Francisco ha mostrado una postura más firme frente al problema, aunque los desafíos estructurales siguen presentes.

A pesar de contar con diversas fuentes de ingresos —como hospitales, museos, donaciones de fieles y diócesis, así como rentas provenientes de propiedades inmobiliarias—, las finanzas del Vaticano presentan un déficit crónico. Uno de los puntos más preocupantes es el fondo de pensiones, que muestra un desequilibrio estructural importante y podría afectar la sostenibilidad futura del sistema financiero eclesiástico.

En 2023, la Santa Sede reportó una pérdida consolidada de cerca de 70 millones de euros, con ingresos totales que rondaron los 1,200 millones. No obstante, el Vaticano no acostumbra divulgar de manera regular y transparente sus balances financieros, lo que alimenta la incertidumbre sobre su verdadera situación económica.

El historial financiero del Vaticano está marcado por controversias. Uno de los casos más notorios involucra al Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido comúnmente como el banco del Vaticano. Durante décadas, esta institución estuvo implicada en operaciones cuestionables, incluyendo su participación como principal accionista del Banco Ambrosiano, una entidad italiana acusada de lavar dinero del narcotráfico y de grupos mafiosos.

La crisis estalló en 1982, cuando se reveló un fraude de 1,200 millones de dólares en las cuentas del Banco Ambrosiano. La institución colapsó financieramente, dejando una deuda al Vaticano superior a los 240 millones de dólares. Ese mismo año, el director del banco, Roberto Calvi, fue hallado muerto en circunstancias sospechosas en Londres. Posteriormente, la justicia italiana insinuó un posible asesinato relacionado con la mafia.

En el contexto internacional, al momento de la llegada de Francisco al papado en 2013, Estados Unidos mantenía al Vaticano en una lista de naciones con serios problemas en la lucha contra el lavado de dinero. Esta situación reflejaba la urgencia de implementar reformas profundas en los mecanismos financieros de la Santa Sede para recuperar credibilidad y confianza global.

La misión de Francisco sigue siendo ardua: sanear cuentas, erradicar prácticas opacas y asegurar que las finanzas del Vaticano estén a la altura de los estándares internacionales. Aunque hay avances, el camino aún está lejos de concluir.

Este artículo ha sido elaborado a partir de información publicada en El Sol de México. Para leer la nota original, visita: Sanear las finanzas del Vaticano: el desafío eterno

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