El gigante suizo de la minería, Glencore, ha anunciado su intención de vender su participación en una mina de níquel en Nueva Caledonia y en la planta de procesamiento de níquel Koniambo, enfrentándose a una caída significativa en los precios del níquel. La empresa ha reconocido los esfuerzos del gobierno francés para revitalizar la industria del níquel en el archipiélago del Pacífico Sur, pero ha calificado de insostenible la continuación de sus operaciones en la planta, que acumula deudas de unos 14,000 millones de euros y emplea a 1,300 personas. A pesar de las subvenciones y préstamos ofrecidos por Francia para mantener la planta en funcionamiento, Glencore considera que no puede seguir financiando una actividad deficitaria sin perjudicar a sus accionistas y ha iniciado la búsqueda de compradores para sus acciones. La planta Koniambo Nickel, iniciada en 2013 en asociación con la Societe Miniere du Sud Pacifique (SMSP), es copropiedad de Glencore y la Provincia Norte de Nueva Caledonia. La situación se agrava por los bajos precios del níquel, cruciales para la fabricación de acero inoxidable, que han alcanzado mínimos de casi tres años.
Con información de El Economista | Nota original