El Servicio de Administración Tributaria (SAT) ha registrado un aumento del 87% en su rentabilidad promedio de la fiscalización, gracias a las acciones de revisión llevadas a cabo en los últimos años que han motivado a los contribuyentes a cumplir con sus obligaciones fiscales.
Según el Informe Tributario y de Gestión del cuarto trimestre de 2023, por cada peso invertido en una revisión fiscal el año pasado, el SAT recuperó 147.2 pesos, la cifra más alta en lo que va del actual gobierno.
Este incremento representa un crecimiento nominal del 87.27% con respecto a 2019, el primer año de esta administración, en el que se recuperaron 78.6 pesos por cada peso invertido en fiscalización.
El SAT destacó en su informe que las acciones de fiscalización han logrado modificar la cultura de pago entre los contribuyentes, quienes han optado por cumplir voluntariamente y en tiempo y forma con sus obligaciones.
Ingresos por fiscalización en aumento
Durante el año pasado, se recaudaron un total de 502,540 millones de pesos por actos de fiscalización, lo que representa un aumento de 80,449 millones de pesos en comparación con 2022, o un crecimiento interanual del 12.8% en términos reales.
En 2018, el último año del gobierno de Enrique Peña Nieto, los ingresos por actos de fiscalización ascendieron a 191,563 millones de pesos. Por lo tanto, en lo que va del sexenio actual, la recaudación por este concepto ha experimentado un crecimiento real del 103.4%.
La mayor parte de los recursos obtenidos por actos de fiscalización provienen de los grandes contribuyentes: en 2023, se recaudaron 248,651 millones de pesos en este sector, lo que representa el 49.5% del total.
En el último año del gobierno anterior, los grandes contribuyentes aportaron 93,985 millones de pesos por actos de fiscalización, lo que implica un crecimiento real del 127.1% en lo que va del sexenio.
Durante este período, varias grandes empresas mexicanas han llegado a acuerdos con el gobierno federal para regularizar el pago de impuestos correspondientes a ejercicios fiscales anteriores.
Entre estas empresas se encuentran Walmart de México y Centroamérica (Walmex), el banco español BBVA, la empresa estadounidense de tecnología IBM y el conglomerado de consumo Fomento Económico Mexicano (FEMSA).
Con información de El Economista | Nota original
