«El mes de enero suele experimentar aumentos puntuales en los precios, especialmente en el sector servicios, por lo que no debería ser interpretado tanto como una señal de alarma sino más bien como un aviso», explicó Mark Streiber, analista económico de FHN Financial con sede en Nueva York.
En enero, la inflación en Estados Unidos se moderó hasta alcanzar un 3.1% en los últimos doce meses, una cifra inferior a las expectativas. Según el Departamento de Trabajo, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró un aumento anual del 3.1% en enero, frente al 3.4% de diciembre.
Este dato decepcionó al mercado, que anticipaba una inflación anual por debajo del 3% por primera vez desde marzo de 2021, cuando la economía comenzaba a recuperarse de los efectos de la pandemia de Covid-19. Los analistas esperaban un incremento del IPC del 2.9%, según el consenso recopilado por el sitio especializado Market Watch.
La inflación subyacente, que excluye los precios más volátiles de alimentos y energía y es un indicador clave para los mercados, se mantuvo en un 3.9% en los últimos doce meses.
Desde su pico en junio de 2022, cuando alcanzó un máximo del 9.1%, el IPC ha ido moderándose y se encamina hacia la meta anual del 2%, una noticia positiva para la Reserva Federal (Fed).
Después de años de mantener tasas de interés bajas, la Fed ha elevado significativamente sus tipos de interés en un intento por enfriar la economía. Actualmente, los tipos se sitúan en máximos de más de dos años, en un rango del 5.25% al 5.50%, con expectativas tanto del mercado como de la propia Fed de comenzar a reducirlos este año.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, reiteró en Pensilvania que el país ha evitado una recesión mediante medidas para contener la inflación, como el ajuste de las tasas, aunque reconoció que los precios de algunos bienes y servicios «siguen siendo demasiado altos».
«Resolver esto es una de nuestras principales prioridades», afirmó.
El presidente estadounidense, Joe Biden, destacó que, aunque el crecimiento económico y el empleo se mantienen robustos, la inflación ha disminuido dos tercios desde su punto máximo. No obstante, subrayó que aún queda trabajo por hacer para reducir los precios.
En cuanto al recorte de las tasas, no se prevé que ocurra de manera inminente. Los precios aumentaron un 0.3% entre diciembre y enero, superando la variación entre noviembre y diciembre (0.2%), según el Departamento de Trabajo. Rubros como la vivienda, los cuidados personales y la alimentación experimentaron aumentos de precio en la medición mensual, mientras que el costo de la energía disminuyó.
La Fed considera prioritario otro índice de inflación, el PCE, cuyos datos se publicarán el 29 de febrero.
Con información de El Economista | Nota original