A pocos días de las elecciones presidenciales, el Departamento de Comercio de EE.UU. anunció que la inflación anual cayó a un 2.1% en septiembre, acercándose a los niveles previos a la pandemia y al objetivo del 2% de la Reserva Federal (Fed). Este descenso de la inflación general, sin embargo, viene acompañado de una persistente inflación subyacente del 2.7%, impulsada principalmente por aumentos en los costos de alimentos y energía.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, ha señalado que este enfriamiento de la inflación podría llevar al banco central a realizar otro recorte de tasas en noviembre, tras una reciente reducción de medio punto. No obstante, el repunte en la contratación y el crecimiento del PIB al 2.8% en el último trimestre podrían hacer que la Fed adopte un enfoque más cauteloso en futuros recortes, según economistas.
La inflación se ha convertido en un tema central en la contienda electoral de 2024, con el expresidente Donald Trump prometiendo erradicarla mediante recortes fiscales, y la vicepresidenta Kamala Harris proponiendo políticas de control de precios y reducción de costos. Aunque las propuestas de ambos candidatos generan controversia, el reciente crecimiento económico y la disminución de la inflación brindan cierto respaldo a la administración de Biden en el cierre de la campaña. El último informe de empleo, programado para este viernes, podría ser un factor decisivo en las elecciones, proporcionando la última actualización importante sobre la economía antes de que los votantes emitan su veredicto.