El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó que la inflación en México se mantiene en 4.2% a nivel anual, dentro del rango esperado por analistas y autoridades económicas. Este comportamiento ha sido favorecido por la estabilidad en los precios de productos básicos como alimentos y energía, lo que ha contribuido a evitar fluctuaciones bruscas en el costo de vida.
Según expertos, la contención de la inflación es resultado de una combinación de factores, entre ellos una menor presión en los mercados internacionales de insumos clave, así como políticas monetarias implementadas por el Banco de México para mantener la estabilidad financiera.
El sector energético, que en ocasiones anteriores ha sido un factor de presión inflacionaria, ha mostrado precios más controlados, lo que ha permitido reducir el impacto en el bolsillo de los consumidores. Además, los costos de productos esenciales como granos y carnes han registrado variaciones moderadas, evitando incrementos significativos en la canasta básica.
A pesar de estos datos positivos, especialistas advierten que persisten riesgos en el panorama económico, como posibles incrementos en tasas de interés o ajustes en los precios de combustibles que podrían alterar la tendencia inflacionaria en los próximos meses.
El Banco de México ha reiterado su compromiso con mantener una política monetaria prudente y seguir monitoreando cualquier factor que pueda generar presiones inflacionarias adicionales. Mientras tanto, la estabilidad en la inflación genera confianza en los mercados y en los consumidores, favoreciendo un entorno económico más predecible.
