La inflación en México volvió a tomar fuerza en mayo, alcanzando una tasa anual de 4.42%, un nivel mayor al esperado por analistas y fuera del rango objetivo establecido por el Banco de México (Banxico), lo que complica el escenario para futuras decisiones de política monetaria.
Este repunte se dio en medio de un contexto marcado por la desaceleración económica y una política de flexibilización monetaria. De acuerdo con datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la inflación se colocó por encima del 3.93% registrado en abril y también superó la estimación de 4.38% prevista por los economistas consultados por Bloomberg.
El índice subyacente, que excluye productos con precios altamente volátiles como alimentos y combustibles, también mostró un aumento, al ubicarse en 4.06%, frente al 3.93% del mes anterior. Esto refleja una presión inflacionaria más estructural, que va más allá de choques temporales en algunos precios.
El Banco de México ha reducido su tasa de referencia en medio punto porcentual en las últimas tres reuniones, como parte de su estrategia para estimular la economía. Sin embargo, el dato de inflación de mayo pone en duda si será sostenible continuar con este ritmo de recortes. Aunque el comunicado del 15 de mayo había dejado abierta esa posibilidad, ahora los analistas reconsideran el panorama.
Según la encuesta más reciente de Citi, todavía se espera una nueva reducción de 50 puntos base en junio. Sin embargo, las presiones inflacionarias persistentes podrían obligar a Banxico a adoptar una postura más cautelosa en el segundo semestre del año.
El contexto internacional también juega un papel importante. Las políticas comerciales del presidente estadounidense Donald Trump, en particular los nuevos aranceles, han impactado negativamente a sectores clave como la industria automotriz y la siderurgia mexicana, aumentando la incertidumbre y afectando la inversión.
De hecho, la inversión fija bruta reportó caídas en cada uno de los meses del primer trimestre de 2025, lo que refleja una menor confianza empresarial. Aunque el país logró evitar una recesión técnica con un crecimiento de 0.2% en el primer trimestre, la actividad económica sigue débil.
Bloomberg Economics ya había anticipado un repunte inflacionario, atribuido al alza de precios en alimentos, energía y al impacto de la depreciación del peso mexicano, lo que encarece las importaciones y presiona los precios internos. Por ahora, la expectativa es que la inflación cierre 2025 en 3.9%, pero el margen de maniobra para Banxico parece reducirse conforme avanzan los meses.
Este artículo ha sido elaborado a partir de información publicada en INFOBAE. Para leer la nota original, visita: ¿Qué factores empujaron a la inflación de México por encima de la meta del Banxico? – El Financiero
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