La inflación en las principales economías de la eurozona, Alemania y Francia, experimentó un marcado descenso en enero, generando expectativas de posibles recortes de tasas de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE).
Según datos preliminares de la agencia federal de estadística Destatis, en Alemania, la mayor economía europea, la inflación anual fue del 2.9%, marcando la cifra más baja desde junio de 2021. Mientras tanto, en Francia, la estimación inicial de la agencia de estadísticas francesa INSEE reveló una desaceleración de la inflación a un 3.1% anual, frente al 3.7% del mes anterior.
La eurozona experimentó un aumento abrupto de la inflación a principios de 2022 debido a la invasión de Rusia a Ucrania, especialmente en los precios de la energía, tras la reducción drástica del suministro de gas por parte de Moscú. En respuesta, el BCE ha elevado las tasas de financiamiento a un ritmo sin precedentes para restablecer la inflación a su objetivo del 2%.
Sin embargo, en los últimos meses, los precios al consumo en los 20 países de la eurozona han disminuido, y las perspectivas económicas se han vuelto más sombrías. Capital Economics señaló que la significativa caída de la inflación en Alemania podría acercar los recortes de tasas, previendo la primera reducción para abril.
A pesar de esto, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha rechazado repetidamente las expectativas de un recorte inminente de tasas, indicando que es demasiado pronto para considerarlo. Lagarde sugirió que la primera reducción podría ocurrir «probablemente» en verano, siempre y cuando los datos económicos lo respalden.
Entre los datos clave que el BCE sigue de cerca se encuentran los resultados de las negociaciones salariales, que podrían afectar la inflación. Aunque en Alemania se llevan a cabo duras negociaciones salariales con huelgas casi diarias en enero, el BCE ha mantenido las tasas en sus últimas tres reuniones.
A pesar de los datos alentadores de Alemania y Francia, algunos analistas, como Carsten Brzeski de ING, sugieren cautela por parte de los responsables políticos y advierten contra dejarse llevar por la disminución general de la inflación. Brzeski afirmó que la presión inflacionaria subyacente sigue siendo elevada, desaconsejando un recorte prematuro de tasas y anticipando que la primera reducción no ocurrirá hasta junio.
En cuanto a la composición de la inflación, en Alemania, la caída de los precios de la energía contribuyó a la disminución, mientras que los costos de los alimentos aumentaron más lentamente. La inflación subyacente, excluyendo alimentos y energía, bajó al 3.4% en enero. En Francia, la disminución se atribuyó a la desaceleración de los precios de la energía, alimentos y productos manufacturados, según detalló el INSEE.
Hoy se espera la publicación de la primera estimación de la inflación en la eurozona, tras un aumento del 2.9% en diciembre luego de varios meses de descensos.
Con información de El Economista | Nota original