Durante el primer semestre de 2024, la economía argentina experimentó una contracción del 3,4% en comparación con el mismo período del año anterior, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Los sectores más golpeados fueron la construcción, con una caída del 22%, la industria manufacturera, que descendió un 17,4%, y el comercio, con un retroceso del 15,7%. El consumo privado también disminuyó un 9,8%, reflejando la pérdida del poder adquisitivo, mientras que la inversión se desplomó un 29,4%.
El presidente Javier Milei, que asumió el poder en diciembre pasado, ha implementado un plan de ajuste fiscal como parte de su estrategia de déficit cero. Aunque los datos actuales reflejan una economía debilitada, el Gobierno confía en que estas cifras marquen el punto más bajo antes de una recuperación. Según el análisis trimestral, entre enero y marzo la economía cayó un 5,4%, mientras que entre abril y junio la caída se moderó al 1,7%. Esta mejora parcial fue impulsada por un aumento del 81,2% en el sector agrícola, debido a la recuperación tras la sequía extrema de 2023.
Milei apuesta por un repunte económico en 2025, proyectando un crecimiento del PIB del 5% gracias a un boom exportador en los sectores agrícola, petrolero y minero. Sin embargo, el país enfrenta el desafío de cumplir con los pagos de la deuda externa, especialmente los compromisos con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Para 2025, Argentina deberá cancelar 2.793 millones de dólares al FMI y 7.600 millones al sector privado, cifras que hoy parecen impagables sin un nuevo acuerdo de reestructuración de deuda.