El reciente informe sobre la inflación en Estados Unidos ha revelado un aumento mayor al esperado en enero, impulsado por el incremento en los costos de vivienda y atención sanitaria. A pesar de este repunte, se mantienen las expectativas de que la Reserva Federal (Fed) pueda comenzar a reducir las tasas de interés en la primera mitad del año. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró un incremento del 0.3% en enero, después de un avance del 0.2% en diciembre, según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento de Trabajo. Este aumento llevó la tasa anual de inflación a 3.1%, una desaceleración desde el pico del 9.1% observado en junio de 2022.
Estas cifras reflejan las recientes revisiones en la metodología del IPC, que incluyen ajustes estacionales y cambios en las ponderaciones de diferentes categorías, como un mayor peso para la vivienda y una reducción para los automóviles. Aunque las cifras de enero fueron más altas de lo previsto, se consideran temporales y no se espera que alteren significativamente el curso previsto por la Fed para la política monetaria.
Los mercados financieros anticipan que la Fed podría empezar a recortar las tasas en mayo o junio, dependiendo de la evolución del mercado laboral y la inflación de los servicios. La Fed ha enfatizado su intención de asegurarse de que la inflación esté en una trayectoria de desaceleración sostenida antes de tomar decisiones sobre la reducción de los costos del crédito.
El informe también destaca los desafíos que enfrenta la economía, como las posibles interrupciones en la cadena de suministro debido a tensiones geopolíticas y factores climáticos. Sin embargo, la perspectiva general de la inflación es positiva, con expectativas de una moderación en el aumento de los alquileres a lo largo del año.
Desde marzo de 2022, la Fed ha elevado su tasa de interés en 525 puntos básicos, alcanzando un rango actual del 5.25% al 5.50%. Aunque el IPC subyacente, que excluye los componentes volátiles de alimentos y energía, se mantuvo estable en un 3.9% interanual en enero, se observan mejoras en las medidas de inflación que la Fed utiliza como referencia para su objetivo del 2%. Esto se evidencia en la desaceleración del índice de precios de los gastos de consumo personal (PCE), que es seguido de cerca por la Fed para tomar decisiones de política monetaria.
Con información de El Economista | Nota original