El Banco Mundial resalta la importancia crítica de integrar más mujeres a la fuerza laboral global como un medio para potenciar significativamente el crecimiento económico. La entidad señala que aumentar la participación femenina en el mercado laboral, tanto en roles empresariales como en posiciones políticas, podría duplicar la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) global en la próxima década. Este análisis subraya el vínculo directo entre la igualdad de género en el trabajo y el desarrollo económico sostenible.
En su estudio sobre mujeres, empresas y legislación, el Banco Mundial examina 151 países, incluyendo México, y descubre que en ninguna parte del mundo las mujeres gozan de los mismos derechos que los hombres. A pesar de la existencia de leyes que fomentan la participación femenina en la fuerza laboral, solo el 40% de los países cuentan con políticas públicas efectivas para su implementación, evidenciando una brecha considerable entre la legislación y su ejecución práctica. Las áreas específicas de intervención mencionadas incluyen servicios de guardería y cuidados para infantes y adultos mayores, así como legislación que asegure la igualdad salarial entre géneros.
México se posiciona en el lugar número 15 en el ranking de países según su legislación y ejecución legal que promueve la inclusión laboral femenina, con una puntuación de 88 sobre 100. Sin embargo, otros países latinoamericanos como Perú, Paraguay, Costa Rica y Ecuador superan a México en este aspecto, destacando la necesidad de fortalecer tanto la legislación como su aplicación para facilitar el acceso de las mujeres al trabajo.
El reporte también destaca que, al considerar indicadores adicionales como la seguridad y el cuidado de los hijos, la protección jurídica para las mujeres disminuye al 64% en comparación con los hombres, lo que subraya la importancia de abordar estas áreas para lograr una verdadera igualdad de oportunidades.
El Banco Mundial advierte que los obstáculos para la incorporación de las mujeres a la Población Económicamente Activa, incluyendo barreras para emprender negocios, diferencias salariales y restricciones en los horarios de trabajo, representan serios desafíos que deben superarse. La institución hace un llamado a la acción para implementar y ejecutar reformas que no solo promuevan la igualdad legal entre hombres y mujeres, sino que también aseguren su aplicación práctica en el día a día, garantizando así un impacto positivo en el crecimiento económico y el desarrollo sostenible a nivel global.
Con información de El Economista | Nota original