El Senado de la República aprobó por unanimidad una serie de reformas que permitirán a México renovar su participación activa en tres organismos financieros internacionales de gran relevancia: el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y la Asociación Internacional de Fomento (AIF), ambos pertenecientes al Grupo del Banco Mundial.
La decisión fue respaldada por todas las fracciones parlamentarias, pero no estuvo exenta de críticas por parte del PRI. La senadora Cristina Ruiz señaló que esta medida representa una renovación tácita de compromisos financieros que el actual gobierno anteriormente había cuestionado. “¿En qué momento pasaron de ser opositores del sistema a sus nuevos promotores?”, cuestionó en tribuna.
Ruiz recordó que, en el pasado, Morena calificó al FMI y al Banco Mundial como símbolos del neoliberalismo, acusándolos de empobrecer a México y de imponer condiciones lesivas para la soberanía nacional. Hoy, afirmó, se les entrega el aval financiero sin objeción, lo que, a su juicio, revela una contradicción entre discurso y acción.
Además, criticó la falta de coherencia del oficialismo respecto a temas de soberanía en sectores como la energía, el campo y la educación. Denunció que mientras se destinan recursos millonarios a proyectos como la refinería de Dos Bocas o se celebran reformas educativas polémicas, no hay oposición a transferencias multimillonarias a organismos financieros internacionales.
Ruiz también hizo un llamado a la Secretaría de Hacienda para que transparente el impacto real de estas decisiones sobre la deuda pública. Recordó que en 2024 se destinaron 1.2 billones de pesos al pago del servicio de la deuda, por lo que urgió a mantener la responsabilidad fiscal y a establecer límites claros al endeudamiento.
En contraste, legisladores de otras fuerzas políticas defendieron la reforma. Lizeth Sánchez, del Partido del Trabajo, sostuvo que México no puede mantenerse al margen de los cambios estructurales que se están gestando dentro de estos organismos. Su permanencia —afirmó— permite al país tener voz y voto en la configuración del sistema financiero global.
Por su parte, Waldo Fernández, del Partido Verde, respaldó la medida como una herramienta para reforzar la proyección internacional de México. “Lejos de debilitar la soberanía, participar activamente en estos foros fortalece la capacidad de incidencia del país en las decisiones que marcan el rumbo económico global”, concluyó.
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