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México responde con cautela a aranceles de EE.UU. al acero y aluminio

El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, anuncia que México actuará con "sangre fría" ante los aranceles impuestos por Estados Unidos al acero y aluminio, priorizando el diálogo y evitando medidas recíprocas inmediatas.

Estados Unidos ha impuesto un arancel del 25% a las importaciones de acero y aluminio provenientes de México, medida que afecta significativamente a las exportaciones mexicanas, especialmente desde estados como Nuevo León, Coahuila y Baja California. En respuesta, el secretario de Economía de México, Marcelo Ebrard, ha declarado que el país actuará con «sangre fría» para obtener las mejores condiciones posibles en esta disputa comercial. 

Ebrard enfatizó que México privilegiará el diálogo y evitará, por el momento, implementar medidas recíprocas contra Estados Unidos. El gobierno mexicano continúa en negociaciones con Washington y tiene previsto realizar consultas con las industrias afectadas para evaluar las posibles respuestas antes del 2 de abril. Esta fecha es crucial, ya que Estados Unidos planea imponer aranceles adicionales a todas las naciones que respondan con tarifas similares. 

La industria siderúrgica mexicana, que exporta una cantidad significativa de acero a Estados Unidos, se encuentra en una posición delicada debido a estos aranceles. Las autoridades buscan proteger los empleos en este sector y mantener la integración económica con su vecino del norte. Ebrard subrayó la importancia de actuar con prudencia para salvaguardar los intereses económicos del país. 

Además, el secretario señaló que se están llevando a cabo reuniones con representantes de la industria para analizar el impacto de los aranceles y determinar las estrategias más adecuadas. Estas consultas buscan encontrar soluciones que minimicen las repercusiones negativas en la economía mexicana y en el empleo. 

Por otro lado, expertos en comercio internacional han expresado su preocupación por una posible escalada en las tensiones comerciales entre ambos países. Una guerra comercial podría tener consecuencias adversas para diversas industrias y afectar la relación bilateral en otros ámbitos. Por ello, recomiendan mantener canales de comunicación abiertos y buscar soluciones negociadas. 

Este artículo ha sido elaborado a partir de información publicada en El País. Para leer la nota original, visita: 

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