El ecosistema fintech en México ha experimentado un crecimiento significativo al cierre de 2023, con 773 fintech nacionales identificadas, de las cuales 29 operan dentro del segmento de banca digital. Este último dato muestra un aumento en comparación con el año anterior, reflejando un mercado en expansión y una creciente adopción de tecnologías financieras. La entrada de nuevas propuestas de banca enteramente digital por parte de grupos financieros establecidos, como Bineo de Banorte y Openbank de Santander, marca un punto de inflexión en la industria, destacando la competencia creciente con fintech y Sofipos preexistentes.
Andrés Fontao, director ejecutivo de Finnovista, subraya que la incursión de los bancos en la banca digital no es tardía sino oportuna, propiciando un ambiente de competencia que beneficia al usuario final. La anticipación de una «competencia feroz» en el sector podría incentivar la especialización de fintech que colaborarán con entidades bancarias y no bancarias digitales para diferenciar sus ofertas en el mercado.
La evolución del ecosistema fintech en México también se ve influenciada por un marco regulatorio que ha evolucionado junto con el sector. La Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera, implementada en 2018, ha proporcionado una base sólida para el desarrollo y regulación de las fintech, con un 26.1% de estas empresas ya reguladas bajo esta normativa. Esto contrasta con la Ley de Instituciones de Crédito, que regula a la banca desde 1990, mostrando cómo el sector fintech ha crecido en un ambiente de regulación adaptativa.
La entrada de neobancos y la consolidación de la banca digital representan una oportunidad para capitalizar las últimas tecnologías y tendencias, como el nearshoring, que pueden impulsar aún más el crecimiento del sector. Con México posicionándose como un centro de competencia tecnológica y atrayendo talento incluso de bancos estadounidenses sin operaciones locales, se evidencia la riqueza del capital intelectual en el país.
Este panorama sugiere un futuro prometedor para la industria fintech en México, donde la innovación, la competencia y la colaboración entre entidades tradicionales y emergentes podrían definir la próxima etapa de evolución financiera en el país, en un contexto de posibles cambios en la política económica vinculados a las elecciones generales tanto en México como en Estados Unidos en 2024.
Con información de El Economista | Nota original