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No hay forma de hacer lavado de dinero en los envíos de remesas: CEMLA y Banorte

Los envíos de remesas son transferencias altamente vigiladas

Los envíos de remesas son transferencias altamente vigiladas, lo que impide la posibilidad de lavado de dinero a través de ellas, coincidieron expertos del Centro de Estudios Monetarios de Latinoamérica (CEMLA) y Banorte.

“Existe un estricto control desde el local donde se hace el envío, en la remesadora, que tienen una unidad de lavado de dinero. Las remesadoras trabajan con bancos que también tienen una unidad de lavado de dinero, y estas transferencias se pagan en un supermercado que a su vez tiene altos controles. En definitiva, no hay lavado de dinero en las remesas”, afirmó Jesús Cervantes González, responsable de la Dirección de Estadísticas Económicas y del Foro de Remesas de América Latina del CEMLA.

El director general adjunto de banca internacional de Banorte, Ricardo Velázquez, confirmó que estas transferencias están muy vigiladas y tienen más restricciones que otras. Cervantes González destacó que más del 90% de las operaciones se realizan electrónicamente, un proceso que obliga a la identificación del emisor y del receptor, reduciendo los riesgos de operaciones ilícitas.

El año pasado, el centro de investigación Signos Vitales y un informe de la agencia Reuters emitieron una alerta sobre operaciones por al menos 4,800 millones de dólares que podrían estar relacionadas con un origen ilícito.

En ese momento, los envíos de remesas llevaban más de 30 meses de crecimiento constante con tasas medias de incremento de doble dígito.

El experto del CEMLA resaltó que las importantes transferencias recibidas en el país entre 2020 y 2021 por concepto de remesas estaban vinculadas a la sólida posición económica de los migrantes mexicanos que originaban estos envíos y al impacto del Covid en sus hogares receptores.

Con datos de la Encuesta Nacional de Ingreso Gasto de los Hogares de 2021, precisó que los receptores de remesas se encuentran en las zonas más apartadas del país con limitado acceso a servicios médicos y hospitalarios, lo que incentivó el incremento de los envíos de dinero de sus familiares en Estados Unidos durante la pandemia.

En todo 2023, las remesas captadas en México ascendieron a 63,313 millones de dólares, un flujo sin precedentes.

Perfil de normalización

En la presentación del estudio conjunto de CEMLA y Banorte titulado “Emigración femenina, remesas e inclusión financiera”, Cervantes González detalló que desde 2020 los emisores de remesas incrementaron los envíos debido a las necesidades de sus hogares de origen, que sufrieron el mayor impacto del Covid.

Posteriormente, la escalada de la inflación y la fortaleza del peso frente al dólar provocaron una caída en el poder adquisitivo de las remesas, probablemente llevando a los receptores a solicitar un aumento en la cantidad de envíos.

“La explosión del flujo de remesas que se experimentó en México y América Latina desde 2020 hasta 2022, con tasas de crecimiento anual de doble dígito, no podía ser sostenida indefinidamente”, subrayó.

A marzo de 2024, el flujo de remesas presentó un retroceso anual de 3.3%, situándose en 5,021 millones de dólares, una desaceleración que comenzó a perfilarse desde el año pasado.

Mujeres y remesas

El estudio reveló que el nivel de empleo en Estados Unidos para los trabajadores inmigrantes mexicanos se recuperó desde 2020, con muchos dedicándose a actividades de primera línea como reparto y servicios, y recibiendo apoyos en efectivo del gobierno, lo que propició un aumento significativo en la masa salarial.

Para 2023, la remuneración media anual de los inmigrantes mexicanos alcanzó 44,762 dólares, acumulando 13 años de incrementos. Sin embargo, la remuneración media de las mujeres es inferior a la de los hombres.

Simultáneamente, la migración desde México comenzó a desacelerar, y las mujeres de origen mexicano en Estados Unidos aumentaron su edad y escolaridad, mientras disminuyó su tasa de fecundidad.

Con información de Banorte, se encontró que entre 2021 y 2022, el 32.9% de las remesas fueron enviadas por mujeres, una proporción inferior a las remitidas por hombres, quienes enviaron el 67.1% de las transferencias.

El principal receptor de remesas en México sigue siendo una mujer, tanto en el caso de mujeres emisoras como en el de hombres emisores. De las remesas electrónicas transferidas por Banorte, el 65.7% fueron recibidas por una mujer.

Con información de El Economista | Nota original

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