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No se van a tocar las Afores: AMLO explica de dónde se financiará el Fondo de Pensiones para el Bienestar

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, aseguró que los ahorros en las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores) no se verán afectados por la nueva iniciativa de reforma propuesta por el diputado morenista Ignacio Mier Velazco. Esta reforma busca que los ahorros no reclamados en instituciones como el IMSS, ISSSTE y Afores sean automáticamente transferidos al Fondo de Pensiones para el Bienestar.

Durante su conferencia matutina, López Obrador reiteró que la medida no implica una afectación a los fondos ya acumulados por los trabajadores en sus Afores, sino que, por el contrario, busca proteger estos ahorros y asegurar que no haya preocupaciones al respecto.

La iniciativa propuesta también contempla la creación de un fondo de pensiones solidario financiado por diversas fuentes, incluyendo los recursos obtenidos por el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, las utilidades del Tren Maya, Mexicana de Aviación y los terrenos del Fonatur, como parte de un esfuerzo más amplio para garantizar jubilaciones del 100% del último salario percibido por los trabajadores.

Por su parte, Ignacio Mier Velazco, coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, defendió la iniciativa, aclarando que no afectará las Afores y que su objetivo es proporcionar una pensión digna a más de 45 millones de trabajadores mexicanos. Mier destacó que, de ser aprobada, la propuesta garantizaría pensiones de entre 16,400 y 18,000 pesos.

La Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados ya ha avalado la opinión de impacto presupuestario de la iniciativa, estimando que se requerirán 11.2 millones de pesos para el Comité Técnico del Fondo de Pensiones para el Bienestar y que se podría destinar un total de 35,382.8 millones de pesos a este fondo, provenientes de diversas fuentes, incluyendo condonaciones, liquidaciones, remanentes de utilidades, enajenación de bienes del ISSSTE, y créditos fiscales.

Con información de El Economista | Nota original

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