Hacia la recta final del año y estando cada vez más cerca de las fechas de entrega total o parcial de obras de infraestructura emblemáticas de este gobierno, la actividad constructiva del país cobra fuerza.
En agosto la expansión mensual del valor de la producción de las empresas constructoras se aceleró a 5%, tras un avance de 3.9% en julio, de acuerdo con cifras divulgadas este lunes por el Instituto Nacional de Geografía e Informática (Inegi).
La variable hiló además seis meses de incrementos mensuales y en los últimos 12 meses ha crecido en 11 ocasiones, de acuerdo con el reporte de la Encuesta Nacional de Empresas Constructoras (ENEC), que publicó el instituto de estadística.
Durante el octavo mes, como en prácticamente el último año, el dinamismo de la construcción se explica principalmente por las obras públicas, en particular las de transporte ferroviario.
En agosto el renglón de obras de transporte y urbanización creció 11.8 por ciento. El salto coincide con la proximidad de fechas clave de algunos proyectos insignia del gobierno como el Tren Maya, el Tren Interurbano México-Toluca o el Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec (FIT).
En el caso del Tren Maya, agosto fue el mes previo a la realización de las primeras pruebas dinámicas del servicio, supervisadas personalmente por el presidente Andrés Manuel López Obrador el 4 de septiembre, con miras a la inauguración de una primera fase de la ruta este diciembre próximo.
En cuanto al Tren México-Toluca, se aceleraron los preparativos para la inauguración de la primera fase del servicio el pasado 15 de septiembre, de la estación terminal Zinacantepec a la estación Lerma.
Finalmente, también el fin de semana en que se conmemoraron las fiestas patrias del país, también el Presidente de México supervisó las primeras pruebas dinámicas del servicio de pasajeros del FIT.
Otro sector de obra dinámico registrado en la ENEC fue el de proyectos de agua, riego y saneamiento, que tuvo un avance de 14.1 por ciento.
En este caso, la inversión pública también es protagónica. De acuerdo con la Conagua, aquí se ejerce una inversión de 93,500 millones de pesos en 15 proyectos hídricos prioritarios.
Entre ellos destaca el Plan de Justicia Yaqui, en Sonora; los trabajos en la zona de riesgo de la presa Picachos, el acueducto Picachos-Concordia y la presa Santa María, en Sinaloa; el canal Centenario y zona de riegos en Nayarit; el Parque Ecológico Lago de Texcoco, en el estado de México y la planta potabilizadora Benito Juárez, en Tabasco.
También se incluyen el programa de agua saludable para la Laguna en Coahuila-Durango; el acueducto El Cuchillo II, y la presa Libertad, en Nuevo León; además, del plan hídrico en Tula de Allende, Hidalgo; obras de protección para Paso Largo, Veracruz; y el acueducto “López Mateos”, en Xpujil, Campeche.
En términos anuales, el valor de la construcción creció 46.6% en agosto y 17.7%, considerando los primeros ocho meses del año de forma acumulada.
Por sector contratante, la obra pública registra un crecimiento acumulado de 45.7%, mientras que la obra privada ha tenido un desempeño más discreto, con una expansión de sólo 3.7 por ciento.
Con todo y el espectacular avance que ha tenido la obra pública, el sector constructor en su conjunto aún no consigue recuperar su nivel prepandémico, aunque se acerca.
Al mes de agosto el valor de su producción estaba todavía 4.5% por debajo del valor comparable del 2019.
De forma desagregada la obra pública estaba ya 28.8% por encima, pero la privada tiene un rezago de 19.5 por ciento.
Con información de: El Economista || Nota original aquí.