El Partido Acción Nacional (PAN) en Nuevo León atraviesa una etapa de incertidumbre política ante la falta de una estrategia sólida para competir por la alcaldía de Monterrey en las próximas elecciones, lo que ha generado tensiones internas y críticas hacia la dirección de Raúl Gracia, quien opera a través del actual dirigente estatal, Policarpo Flores.
La falta de una candidatura panista visible para la capital del estado ha animado al Partido Revolucionario Institucional (PRI) a acelerar sus propios planes. En el tricolor se contempla lanzar al exalcalde Adrián de la Garza como aspirante a la gubernatura y a la actual presidenta del Congreso local, Lorena de la Garza, para la alcaldía regia.
Dentro del PAN hay sospechas de que la omisión estratégica no es casual. Algunos militantes creen que Gracia estaría dispuesto a ceder el control de Monterrey al PRI a cambio de obtener una mayor presencia en el Congreso local y consolidar una candidatura panista en el municipio de Guadalupe, donde mantiene operadores clave.
En contraste, el PRI ha comenzado un proceso activo de fortalecimiento interno. Bajo la dirección de José Luis Garza Ochoa, se nombró a Diego Garay como encargado de la afiliación y promoción del partido, tarea respaldada por todos los diputados tricolores y figuras como Francisco Cienfuegos.
A diferencia del PRI, que cuenta con perfiles fuertes como Karina Barrón, Lorena de la Garza, César Garza Villarreal y el propio Cienfuegos, el PAN enfrenta dificultades para presentar candidatos con tracción electoral. Entre los pocos nombres que circulan se encuentran Myrna Grimaldo y Martín López, aunque sin mucho entusiasmo por parte de la militancia.
Desde el 2018, cuando Felipe de Jesús Cantú fue derrotado, el PAN no ha logrado consolidar una propuesta competitiva en Monterrey. En 2021 apostaron por una candidata ciudadana, en 2024 cedieron la candidatura al PRI dentro de la alianza, y ahora nuevamente parecen dispuestos a seguir ese mismo camino.
Paralelamente, Gracia intensifica sus negociaciones con el PRI, buscando mayor control en el Congreso del estado. El punto de partida sería Monterrey, donde en las últimas elecciones el PAN solo logró conservar uno de seis distritos frente al avance priista. También apuesta por fortalecer su posición en Guadalupe con figuras como Pedro Garza y Mauro Guerra, sus aliados políticos más cercanos.
Pedro Garza Treviño, quien aspiró a la candidatura por Guadalupe en 2024, ha retomado el diálogo con líderes panistas y priistas, y se muestra confiado en frenar tanto la reelección de Héctor García como el avance de Morena en el municipio. Sin embargo, el panorama aún es incierto para el panismo neoleonés, que sigue sin una estrategia clara en su principal bastión urbano.
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