La administración de Claudia Sheinbaum ha reafirmado la naturaleza estatal de Petróleos Mexicanos (Pemex), consolidando su papel como pilar de la economía energética del país. Con la reversión de la reforma energética de 2013, el gobierno ha impulsado cambios legislativos que favorecen a Pemex y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), dándoles prioridad sobre empresas privadas.
Durante la conmemoración del 87 aniversario de la expropiación petrolera, la presidenta Sheinbaum destacó la importancia de hacer más eficiente la operación de la empresa, además de implementar medidas de austeridad para mejorar su desempeño financiero. Estas acciones buscan fortalecer a Pemex en un contexto de desafíos económicos y productivos.
A pesar de enfrentar pérdidas netas y una reducción en la producción de crudo, la empresa ha trazado una estrategia centrada en el combate al mercado ilegal de combustibles y en la consolidación de proyectos de refinación. Estas medidas tienen como objetivo mejorar la rentabilidad y garantizar la seguridad energética del país.
En un esfuerzo por estabilizar sus finanzas y evitar problemas operativos, el gobierno anunció el pago de 6,400 millones de dólares a proveedores, con el fin de reducir deudas y mantener la continuidad en los proyectos estratégicos de la petrolera.
El gobierno de Sheinbaum ha subrayado que estas decisiones buscan fortalecer la soberanía energética de México y garantizar que Pemex continúe siendo una pieza clave en la economía nacional. Sin embargo, los retos persisten, y la empresa deberá demostrar que su nueva estrategia será suficiente para revertir las dificultades financieras que enfrenta.
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