El peso mexicano continuó su tendencia a la baja este jueves, alcanzando un valor de 19.53 pesos por dólar, tras la publicación de datos económicos que confirmaron una desaceleración de la economía y una inflación que, aunque en descenso, sigue siendo alta. La moneda nacional se depreció 0.8% en la jornada, reflejando la preocupación de los inversionistas ante el débil crecimiento económico y el persistente nivel de inflación en el país.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportó que el Producto Interno Bruto (PIB) desestacionalizado de México registró un modesto aumento del 0.2% entre abril y junio, en comparación con el trimestre anterior. En términos anuales, el crecimiento fue del 1%, lo que confirma la tendencia de desaceleración en la economía. Paralelamente, la inflación de la primera quincena de agosto se situó en 5.16%, una ligera mejora respecto al 5.61% de julio, pero aún lejos del rango meta de entre 3% y 4%.
La respuesta de los mercados fue inmediata, con los inversionistas reduciendo sus posiciones en pesos mexicanos. La caída del peso se inició el miércoles, con una pérdida del 1.75%, impulsada por factores tanto internos como externos. En Estados Unidos, una revisión a la baja en el número de empleos creados afectó las expectativas económicas, lo que, combinado con el panorama político en México, aumentó la aversión al riesgo. Específicamente, la posibilidad de que el partido oficialista y sus aliados obtengan una mayoría calificada en el Congreso ha generado temor entre los inversionistas, quienes ven en peligro las inversiones debido a la potencial aprobación de reformas controvertidas.
Analistas de bancos como Banorte y Citibanamex han expresado preocupaciones sobre el futuro económico de México. Banorte señaló los posibles impactos negativos del fenómeno de La Niña y la desaceleración en la actividad manufacturera en Estados Unidos. Por su parte, Citibanamex pronostica que la inflación seguirá una tendencia a la baja, esperando que cierre el año en 4.4%. Sin embargo, la situación económica y política actual mantiene a los mercados en un estado de incertidumbre, lo que podría seguir presionando al peso mexicano en las próximas semanas.