El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) señaló que las propuestas de las candidatas a la presidencia en materia de salud carecen de un plan de financiamiento sostenible a largo plazo.
Judith Méndez, investigadora del CIEP, explicó en una videoconferencia de prensa que las propuestas presentadas recientemente apuntan hacia la provisión de todos los medicamentos necesarios para la población, la eliminación del desabasto y la atención a todos los ciudadanos. Sin embargo, estas propuestas no incluyen un plan de financiamiento, especialmente en un contexto de finanzas públicas con poco margen fiscal para implementar políticas públicas.
En cuanto a las propuestas de Xóchitl Gálvez, de la Alianza Va por México, se menciona un sistema de salud integral, pero no se hace mención de un plan de financiamiento, a pesar de que podría representar un costo de al menos el 1% del Producto Interno Bruto (PIB).
Por otro lado, las propuestas de Claudia Sheinbaum, de Juntos Sigamos Haciendo Historia, apuntan a impulsar un Servicio Público de Salud para el Bienestar, el cual se espera financiar a través de una mayor austeridad, aunque esto podría no ser suficiente.
En cuanto a las intenciones de Jorge Álvarez Máynez, candidato de Movimiento Ciudadano, de universalizar la salud, sí se acompaña de un plan para rediseñar las cuotas patronales; sin embargo, aún falta garantizar la viabilidad financiera.
Méndez destacó que ninguna de las tres propuestas mencionadas aborda específicamente cómo financiar el sistema de salud.
En relación con el gasto en salud, Méndez señaló que, a pesar de la promesa del gobierno actual de mejorar el sistema de salud, especialmente para aquellos sin seguridad social, las cifras muestran lo contrario. En el sexenio de Enrique Peña Nieto en 2016, el gasto en salud para personas sin seguridad social representó el 1.28% del PIB. Para este año, se espera que represente solo el 0.83%.
Para abordar esta situación, Méndez sugirió que, como mínimo, se debería destinar el 3% del PIB para la población sin seguridad social y otro 3% para la población con seguridad social. Sin embargo, el país aún está lejos de cumplir con estas recomendaciones, ya que solo destina el 2.7% del PIB al gasto en salud, muy por debajo del 6% recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Con información de El Economista | Nota original