La Bolsa Mexicana de Valores (BMV) ha sido testigo del enlistamiento de Ollamani, una empresa que agrupa importantes negocios de Grupo Televisa, incluyendo el Club América, el Estadio Azteca, los casinos Play City, y su división editorial. Esta movida permite a los aficionados al futbol y seguidores del América invertir directamente en su equipo favorito y en el emblemático Estadio Azteca, ofreciendo una forma más directa y específica de participación financiera en estos activos, sin la necesidad de invertir en el amplio portafolio de Grupo Televisa.
La iniciativa abre la puerta a una inversión más accesible y personalizada en el sector del entretenimiento y el deporte, destacando la diversificación de servicios y la relevancia futura del Estadio Azteca, especialmente de cara a eventos internacionales como el Mundial de Fútbol 2026. Gerardo Aparicio, director de Cultura Financiera del Grupo Bolsa Mexicana de Valores, subraya la importancia de considerar una perspectiva de inversión a mediano plazo para aprovechar al máximo el potencial de crecimiento y rendimiento de estas acciones.
Invertir en el mercado de valores es un proceso cada vez más sencillo y accesible, gracias a la tecnología y a la variedad de plataformas de inversión disponibles. La apertura de un contrato con una casa de bolsa puede realizarse en pocos minutos a través del celular, con un monto mínimo inicial de inversión bastante accesible, lo que permite a una mayor cantidad de personas participar en el mercado financiero y apoyar a sus equipos y marcas favoritas.
Esta estrategia de inversión no solo promueve una mayor inclusión financiera entre los aficionados al deporte, sino que también atrae a nuevos inversionistas al mercado de valores, como lo ha destacado José-Oriol Bosch, director general de la BMV. El listado de Ollamani ha generado un notable interés, evidenciando el potencial de los mercados financieros para conectar con el público a través de sus pasiones y aficiones, fomentando una cultura de inversión más amplia y diversificada.
Con información de El Economista | Nota original