El pasado 1 de mayo, el gobierno federal impulsó una reforma histórica que plantea reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales en México, una demanda largamente esperada por sindicatos y trabajadores. Esta transformación legal busca dignificar el trabajo y armonizar la vida laboral con la personal, en un país donde más del 25% de la población activa trabaja más de 48 horas a la semana.
Aunque la reforma todavía no ha sido aprobada por el Congreso, ya ha comenzado un proceso de diálogo nacional entre el gobierno, cámaras empresariales y sindicatos para delinear una ruta gradual de implementación que se extienda hasta el año 2030. Este enfoque pretende garantizar una transición ordenada, sostenible y sensible al tamaño y capacidad de cada empresa.
Uno de los principales cambios que propone la reforma es el establecimiento de cinco días de trabajo con dos días de descanso, sin que ello implique una reducción en el salario. Esta nueva estructura legal podría generalizar el fin de semana completo como un derecho laboral, equiparando a México con los estándares de muchas economías desarrolladas.
Además, el nuevo marco contempla modelos laborales flexibles para adaptarse a los distintos sectores productivos. Entre ellos, jornadas de:
- 5 días con 8 horas por día (sábado y domingo libres),
- 6 días con 6.4 horas diarias,
- o 4 días con 10 horas diarias para obtener tres días de descanso.
Esta flexibilidad permitirá que empresas de distintos giros puedan elegir el esquema que mejor se acomode a su operación sin sacrificar productividad, mientras se respetan los nuevos derechos laborales.
Respecto al calendario, el gobierno planea que la reforma sea debatida en el Pleno del Congreso próximamente, tras haber sido avalada en comisiones. A partir de su eventual aprobación, las fechas clave para adaptación serán escalonadas según el tamaño de la empresa: las grandes contarán con seis meses, las medianas con un año y medio, las pequeñas con dos años, y las microempresas con hasta tres años y medio.
Es importante destacar que el salario de los trabajadores no será afectado. La propuesta estipula que la reducción de horas laborales mantendrá el mismo ingreso, respetando el principio de que el derecho al descanso no debe implicar pérdida económica.
El gobierno también ha previsto realizar foros nacionales durante los meses de junio y julio de 2025 para recoger posturas de todos los sectores y construir un modelo que no ponga en riesgo la viabilidad económica, especialmente de las pymes.
Aunque en una primera etapa la reforma se enfoca en el sector privado formal, se espera incluir al sector público en etapas futuras. En cuanto al empleo informal, aún no hay un mecanismo definido, aunque se espera que el cambio impulse la formalización laboral.
Esta reforma no solo busca justicia laboral. También podría tener efectos positivos en salud mental, productividad, generación de empleo y bienestar general. En un entorno económico desafiante, este cambio legal apunta a una transformación estructural con impacto social de largo plazo.
Este artículo ha sido elaborado a partir de información publicada en La Jornada. Para leer la nota original, visita: Jornada laboral 40 horas México: Así cambiarán los descansos dependiendo el tamaño de la empresa
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